Verde, el color de la recuperación económica y medioambiental

Todo comenzó en el año 1972 en Estocolmo, Suecia. La primera gran conferencia sobre cuestiones relativas al medioambiente que se celebró en junio de ese mismo año, supuso un punto de inflexión en el desarrollo de las políticas medioambientales internacionales bajo los auspicios de las Naciones Unidas. Casi medio siglo de acción medioambiental después, el día mundial del medioambiente se ha convertido en una plataforma global para tomar medidas en materia de sostenibilidad, en su sentido más amplio, y promover el cambio en nuestros hábitos de consumo así como en las políticas nacionales e internacionales. También, desde las finanzas hemos querido formar parte de este desafío.

Desde hace unos años, los productos financieros sostenibles han proliferado, destacando en particular los denominados bonos verdes, una tendencia ya consolidada destinada a adquirir cada vez una mayor relevancia en los mercados. Según las cuentas de la agencia de calificación S&P Global Ratings, el mercado de bonos verdes creció más del doble solo en 2020 respecto a 2019, alcanzando los 34.000 millones de dólares.

No cabe duda, que esta clase de activos ha pasado su etapa “embrionaria” y se han convertido en el producto estrella para muchos inversores institucionales. Tras la crisis causada por la Covid 19, los países y el propio sector privado buscan utilizar los recursos disponibles para hacer frente a lo que muchos consideran ya la crisis más devastadora de nuestra época, la crisis climática. Las subvenciones y los cambios normativos alentarán a los emisores a aumentar la inversión verde que, si está bien gestionada, permitirá conciliar el crecimiento económico con la protección del medio ambiente.

Perspectivas: futuro de los bonos verdes

El año 2021 es señalado por los analistas como un punto de inflexión para abordar el cambio climático. En cuanto a las estimaciones de crecimiento, la Iniciativa de Bonos Climáticos (CBI) prevé que el total de las emisiones se sitúe en torno a los 400.000-450.000 millones de dólares.

En noviembre se celebrará la COP26, aplazada debido a la crisis de la COVID 19. Como resultado de este importante evento, podría cerrarse un acuerdo que determine una nueva reducción de las emisiones de Co2. Asimismo, el menor coste de las energías renovables respecto a los combustibles fósiles, y la actualización de las agendas gubernamentales que se están preparando para asignar una parte sustancial de los presupuestos a políticas ambientales y sociales; podrían impulsar el crecimiento de estos activos verdes.

Respecto a los sectores, vemos potencial en aquellos que actualmente están poco representados en el universo de la inversión verde. En la actualidad, el mercado verde se compone principalmente de emisores de servicios públicos y sector financiero. La búsqueda de la diversificación sectorial podría recompensar a los sectores más rezagados en cuanto a la emisión de instrumentos verdes.

2021-06-07 11:52:38

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