¿Se acuerdan del pequeño Aylan? La fotografía del niño de 3 años muerto en las costas de Turquía dio la vuelta al mundo. Los dirigentes de todo el mundo se reunían de forma ‘urgente’ para salir en la foto y lanzar un mensaje de "Estamos trabajando en ello". Este acto solo fue un insulto a la inteligencia de la opinión pública. Nada más.
Seis meses después, todo sigue igual. Miles de personas siguen dejándose la vida huyendo del horror e intentando conseguir algo mejor, aunque sin éxito. Los cuerpos sin vida de niños, adolescentes y adultos empañan las portadas de los medios de comunicación de todo el mundo día sí día también.
La última cumbre ‘urgente’ se ha celebrado en Bruselas y el acuerdo ha sido infame: deportar a todo aquel que pase de forma irregular a la Unión Europea a través de Grecia. Si ya en noviembre se rubricó un acuerdo con Turquía para frenar la llegada de refugiados a golpe de talonario (nada más y nada menos que 3.000 millones de euros), ahora el frenazo a la ayuda humanitaria se quiere canalizar también a través de Grecia.
En todo este cúmulo de atentados contra el derecho a la vida de los seres humanos, ¿dónde queda la humildad, la coherencia y la responsabilidad? El Papa Francisco es el único que alza la voz ante tanta injusticia e intenta, sin éxito, llamar al orden a los responsables políticos: "Pienso en tantos marginados, en tantos refugiados… y también en tantos que no quieren asumir la responsabilidad". Pero nadie escucha al otro lado. Nadie quiere responsabilizarse.
Y mientras los líderes europeos se deleitan con una cena para cerrar acuerdos que frenan cualquier intento de asumir responsabilidades, miles de refugiados se pelean cada día por un trozo de pan o un puñado de arroz. Hasta en detalles de este tipo la Unión Europea no tiene escrúpulos: una cena para no calmar el hambre y un acuerdo millonario para poner la zancadilla a los más necesitados, en vez de destinar esta partida a impulsar medidas organizadas de acogida.
Quien les escribe siente vergüenza ajena de pertenecer a un país que suspende en solidaridad, que no está haciendo nada por poner fin a la mayor crisis migratoria desde el éxodo de la Segunda Guerra Mundial.
Y ustedes, ¿qué sienten? Desde DIRIGENTES les animamos a que expresen sus opiniones, dígannos qué les parece esta situación, qué medidas propondrían ustedes para frenar este calvario… Nosotros haremos el resto. Les animamos a que lo descubran.
Laura Sánchez, directora de DIRIGENTES.
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