Vicios y virtudes del as en la manga de Draghi

Tras su última reunión, el presidente del organismo Mario Draghi participaba en un Congreso Bancario en Fráncfort, en el que lanzó dos mensajes claros y a la vez contradictorios: el QE ha funcionado pero el crecimiento y la inflación permanecen débiles todavía, por lo que no se puede asegurar que el proceso de recuperación económica en la Eurozona esté completado.

En este contexto, Draghi volvió a dejar claro que no dudará en emplear todos los instrumentos necesarios para conseguir un repunte de la inflación. "Considera que la política monetaria es un instrumento flexible y eficaz y que puede ser ajustado en términos de tamaño o duración para obtener unos resultados superiores", explican desde el Departamento de Análisis de Bankinter.

Su determinación a actuar ha vuelto a agitar los mercados de deuda. Sobre todo porque deja muchas dudas sobre la capacidad del organismo para comprar determinados títulos bajo las normas de propio programa de estímulo. Por ejemplo, según cálculos de Bloomberg, Alemania cuenta con más de 682.000 millones de euros en bonos, de los que el BCE sólo podría adquirir un 33% bajo las normas del programa.

En un reciente informe, los expertos de JP Morgan AM también recordaban cómo el plan de expansión cuantitativa del organismo prevé comprar aproximadamente el 190% de las emisiones soberanas netas en la zona euro en 2015, "lo que supone que caerá la oferta de bonos soberanos disponibles para los inversores. Esto, a su vez, probablemente rebajará aún más las tires". Mario Draghi, consciente de la necesidad de evitar una distorsión aún mayor en la formación de precios, puso un límite a la deuda que entraría a formar parte del QE: solo aquellos bonos que coticen por debajo del tipo de interés de los depósitos. Es decir, el -0,2%.

La caída de las tires en la deuda soberana supone otro problema añadido. Tal y como recuerda Markus Allenspach, de Julius Baer, "los rendimientos de los bonos del gobierno alemán se dirigen hacia sus mínimos de enero, cuando el mercado se preparaba para el comienzo del programa de compra de activos del BCE".

El experto recuerda que por aquel entonces, la rentabilidad del bund se redujo del 0,7% al 0,3%. Y ahora ronda el 0,49%. "Los rendimientos son impulsados a la baja por los rumores sobre la ampliación del programa de compra del BCE para fomentar el crecimiento y compensar las consecuencias económicas de los trágicos acontecimientos de París", explica el experto. De hecho, la mayoría de los analistas predicen un recorte de la tasa de depósito al -0,3% o incluso inferior, y un aumento en el volumen de las compras mensuales por valor de 10.000 millones de euros o más.

Los expertos de Pioneer coinciden en que "en la reunión de diciembre, Draghi probablemente anunciará y detallará un plan de flexibilización cuantitativa en el que se pondrán en marcha diferentes herramientas, entre ellas, reducciones adicionales del tipo de interés aplicado a los depósitos y un posible aumento del ritmo, la composición y la duración de las compras de flexibilización cuantitativa".

Sin embargo, desde Julius Baer indican que "esta especulación se debe tomar con prudencia, pues el BCE no ha dado señales de caída en su previsión oficial de crecimiento, y hay razones para creer que un nuevo recorte en la tasa de depósito podría ser perjudicial para los ingresos de la banca mediana, columna vertebral del crédito europeo", advierte el experto.
 

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