Weidmann contra Podemos: no a la reestructuración de la deuda

Durante su intervención en un acto organizado por la Asociación de Mercados Financieros (AMF) en el Casino de Madrid, Weidmann insistió en que el nivel de deuda pública es manejable. Y frente a corrientes políticas como las de Podemos que abogan por una reestructuración de la misma, Weidmann asegura que "no es la mejor solución".

A su juicio, la idea que maneja el partido de Pablo Iglesias sería "una opción aceptable y permisible". Pero advierte de los riesgos que traería consigo esta posibilidad: "el coste de una medida así a largo plazo puede ser muy elevado: nos alejaríamos de los mercados de capitales y pagaríamos tipos de interés más altos", explicó el funcionario.

Weidmann insistió en que lo más importante en estos momentos de escaso crecimiento es recuperar la credibilidad de las finanzas públicas, también en lo que al déficit se refiere. Por eso, se refirió a las palabras que recientemente pronunciaba el gobernador del Banco de España, Luis María Linde, también presente en el acto. "Luis me ha dicho que este año se puede cumplir el objetivo. Pero para el año que viene harán falta medidas adicionales". El funcionario mostró su preocupación por la situación del mercado laboral en España, especialmente entre los más jóvenes. A su juicio, "hablar de una generación perdida es algo moralmente repulsivo", sugiriendo para el país reformas para "hacer más elástico el mercado".

¿Y el QE? El crecimiento no depende del dinero del BCE

El presidente del Bundesbank también dejó claro que la política monetaria acomodaticia iniciada por el BCE puede impactar en la demanda a corto plazo, "pero no puede soportar de forma permanente las perspectivas de crecimiento, y lo mismo ocurre desafortunadamente, con la política fiscal".

Aunque durante su discurso no hizo mención alguna al debate sobre el posible programa de quantitative easing (QE), Weidmann tenía claro que esta sería la pregunta del millón. Y su respuesta fue firme. "Creo que estamos demasiado obsesionados, y eso nos impide debatir las cuestiones que verdaderamente importan para impulsar el crecimiento". El presidente del Bundesbank insistió en que la compra de deuda soberana no es ninguna receta mágica. "Mi postura es bien conocida al respecto, lo que no quiere decir que esta medida esté prohibida", explicó.

Sin embargo, recuerda que el organismo monetario presidido por Draghi "ha estirado al máximo los límites, incluso los legales" con sus últimas medidas, y recuerda que "para que una política monetaria tenga éxito debe basarse en condiciones previas, como que el mercado de trabajo funcione bien o que el crédito fluya con normalidad".

Weidmann también quiso lanzar un mensaje en este sentido a unos mercados tal vez demasiado dependientes de los movimientos del BCE: "Esperar que el crecimiento venga solo de las inyecciones de dinero del organismo es esperar demasiado", sentenció.

Productividad y capital riesgo para estimular la economía

En un contexto en el que la principal preocupación del Buba es el lento ritmo de crecimiento, el funcionario insistió en que "la prosperidad y el bienestar social depende de la productividad". Así, apostó por reformas que fomenten la innovación, canalizando el capital hacia las compañías innovadoras de forma más eficiente. Weidmann se mostró convencido de que los test de estrés darán confianza a los bancos para financiar la economía real. Pero advirtió: "la concesión de préstamos a empresas que no son viables no es la mejor receta para estimular el crecimiento".

En este escenario, destacó el papel del capital riesgo como elemento clave para financiar empresas innovadoras de nueva creación, abogando por poner fin a la fuerte segmentación de este sector en Europa. "Lo que necesitamos es una mayor integración para que las empresas capten capital por esta vía y luego sean rentables para el capital riesgo". Del mismo modo, insistió en la necesidad de crear "un mercado único digital podría incrementar el PIB en hasta un 4%".

El presidente del Bundesbank explicó que para que las nuevas empresas estén dispuestas a invertir en Europa hay que atajar además el problema de las barreras burocráticas. "Si se eliminan las barreras de entrada, el PIB podría crecer hasta en un 10%, ganando en productividad no solo a nivel nacional, sino también europeo". Y para ello, de nuevo, es necesario que los recursos fluyan hacia empresas innovadoras. También hacia el sector pymes, que cuentan con muchas trabas para crecer, especialmente por las exigencias a las que tienen que hacer frente si superan determinado número de empleados.
 

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