Westinghouse se declara en quiebra

Westinghouse, la filial nuclear de Toshiba, ha anunciado este miércoles su intención de acogerse al capítulo 11 de la ley de bancarrotas estadounidense. La declaración de quiebra permitirá a la empresa, con sede en Pittsburgh, renegociar o poner fin a sus contratos de construcción, aunque es probable que las empresas de servicios públicos dueñas de los proyectos soliciten una indemnización, según informa Reuters. Para Toshiba, el objetivo es mitigar las crecientes deudas y mantener el grupo a flote. Toshiba dijo que los pasivos relacionados con Westinghouse eran de 9.800 millones de dólares (9.108 millones de euros) en diciembre, superior a una estimación anterior de alrededor de 6.300 millones de dólares (5.855 millones de euros), lo que le convierte en uno de los colapsos más costosos para la industria hasta la fecha. Como resultado, el conglomerado industrial japonés dijo que podría registrar una pérdida neta de 9.000 millones de dólares (8.400 millones de euros= para el año fiscal que termina en marzo. La crisis de Toshiba ya dura más de dos años. Desde que en julio de 2015 la compañía admitiera haber maquillado sus cuentas durante siete años para esconder unas pérdidas de más de 1.000 millones de euros, las malas noticias no han parado de llegar hasta sumir a la firma nipona en una situación financiera más que complicada. Estas son las fechas clave que han marcado la caída del gigante tecnológico: 20 de julio de 2015: Este día, un panel independiente designado por la misma compañía confirmo lo que era un secreto a voces,  la empresa había exagerado el reporte de sus beneficios en un total de 1.125 millones de euros. El maquillaje de las cuentas fue llevado a cabo conscientemente por su entonces presidente, Hisao Tanaka. 21 de julio de 2015: Sólo un día después de conocerse el escándalo, Tanaka, que compareció ante los medios de comunicación y pidió disculpas por las malas prácticas llevadas a cabo, presentó su dimisión al frente de Toshiba. Junto al presidente, otros siete altos dirigentes abandonaron su cargo por estar relacionados con el fraude. 8 de septiembre de 2015: Toshiba presentó sus primeros resultados trimestrales tras el escándalo el 8 de septiembre. Su año fiscal 2014, terminado en marzo, se cerró con unas perdidas de 285 millones de euros, tras haber obtenido unos beneficios de 451 millones el año anterior, lo que supuso una caída del 37%. Antes de que se supiera la falsedad de sus cuentas, la empresa había pronosticado unos beneficios, que no eran reales, de casi 900 millones de euros. 17 de diciembre de 2015: A estas alturas, el escándalo ya había borrado un tercio del valor de los títulos de la compañía. Por si fuera poco, el medio japonés Nikkei publicó que el siguiente paso de Toshiba sería un despido masivo de trabajadores. Se habló de entre 6.000 y 7.000 personas principalmente pertenecientes a su división de televisores, por lo que Toshiba abandonaría definitivamente su fabricación. Esta rama empleaba a más de 24.000 personas en Japón y otros países. 21 de diciembre de 2015: Toshiba confirma el despido de 6.800 trabajadores de su división de electrónica de consumo y unas pérdidas netas de unos 4.180 millones de euros en su siguiente ejercicio fiscal. Un día después de este anuncio, la agencia de calificación, Moody’s, rebajó la deuda de la compañía en dos niveles, a categoría especulativa (Ba2). 25 de diciembre de 2015: La Agencia de Servicios Financieros (FSA) de Japón impuso una multa de 7.370 millones de yenes (unos 55 millones de euros) a Toshiba por el fraude contable 17 de marzo de 2016: El fabricante tecnológico Canon anunció la compra de la totalidad de las acciones de la filial de equipos médicos de Toshiba, Toshiba Medical Systems. 31 de marzo de 2016: Midea, la principal compañía de electrodomésticos de China, compró la división de electrodomésticos de Toshiba. Lo ha hecho pagando 473 millones de dólares a la empresa japonesa, que continuaba con su plan de desinversión. 6 de mayo de 2016: Satoshi Tsunakawa fue nombrado nuevo presidente y consejero delegado de Toshiba en sustitución de Masashi Muromachi, en el cargo provisionalmente tras la irrupción del escándalo contable. 1 de junio de 2016: Toshiba se reorganiza en España y abandona el mercado de consumo. Toshiba pasó a vender portátiles a clientes particulares sólo en los dos países donde este negocio les resultaba más rentable, Japón y Estados Unidos. 27 de diciembre de 2016: La compañía se vuelve a desplomar en la Bolsa de Tokio, en concreto un 20,43%%, tras anunciar posibles pérdidas millonarias en la adquisición por parte de su división Westinghouse del negocio de construcción nuclear Chicago Bridge & Iron en Estados Unidos. 19 de diciembre de 2017: Las acciones de Toshiba tocan un nuevo mínimo desde mayo tras anunciar que, pese a que habían estimado en 4.400 millones de dólares las perdidas derivadas de la adquisición del negocio nuclear en Estados Unidos, las pérdidas podrían llegas hasta los 6.000 millones de dólares.    

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