La cotización del petróleo ha entrado en una dinámica bajista desde que comenzó el 2019. Durante el mes de enero, el barril de Brent volvió al nivel de los 60 dólares por barril, quince dólares más que el mínimo anotado en diciembre. Pero si el primer mes del año fue bueno para el crudo, el segundo mes está siguiendo la misma dinámica. La pasada semana registró un avance del 6,7% que se tradujo en que la cotización del Brent se ha ido hasta los 66 dólares por barril, su mayor nivel desde el pasado mes de noviembre.
El principal motivo parece encontrarse en Venezuela y al recorte de la producción promovido por la OPEP. El país latino es el que mayor reserva de petróleo tiene en todo el mundo, pero su crisis política no le permite producir a grandes niveles. Es más, la producción venezolana se encuentra en el mismo rango que hace cuatro o cinco décadas. A esto se le suma el recorte de producción que ordenó la OPEP durante el mes de diciembre para evitar un desplome en el precio del crudo. El WTI, por su parte, también registró un avance del 5,4% en los últimos siete días.
De seguir así, la OPEP conseguiría el objetivo de mantener al crudo en un nivel aceptable. Ya que a finales del pasado año fueron muchos analistas los que alertaron que, manteniendo la producción en el mismo nivel, llegaría un punto en el que la oferta fuera superior a la demanda. Por eso, tanto Arabia Saudí, como Rusia han liderado esta desaceleración de la producción.
En el petróleo no hay que perder de vista las sanciones de Estados Unidos a Irán. El país norteamericano permite, por el momento, que seis países – entre los que están China y la India – sigan importando crudo iraní hasta que consigan otro proveedor que sustituya al productor árabe. Los representantes de la Administración Trump aseguraron que estaban concediendo una tregua que sería temporal hasta conseguir que Irán no exportase ni un solo barril. Por tanto, este condicionante hay que tenerlo muy en cuenta a la hora de analizar las causas de la subida del Brent.
2019-02-18 09:52:46