El rumbo de la Fed: la clave de lo que está por venir

Los inversores en los mercados financieros estaban muy preocupados por el excesivo ajuste de la política monetaria por parte de la Reserva Federal (Fed) a finales de 2018. Sin embargo, la institución monetaria norteamericana se ha mostrado más flexible ahora. No mantendrá dogmáticamente su orientación anterior, sino que basará la política de tipos de interés en las estimaciones económicas y de inflación actuales.

Las preocupaciones sobre la disminución de la liquidez, debido a la reducción en el balance general de la Fed a medida que los bonos adquiridos durante la flexibilización cuantitativa (QE) comienzan a madurar, también parecen exageradas, según apuntan los expertos. El balance del banco central ya ha disminuido de alrededor de 4,5 a 4 billones de dólares.

La Reserva Federal actualmente permite que un máximo de 50.000 millones en bonos madure cada mes sin reinvertir esta cantidad en nuevos bonos. Si mantiene esta tasa, según apunta Bert Flossbach, cofundador de la gestora Flossbach von Storch, su balance general «se reducirá a 3,5 billones de dólares a finales de 2019, lo que corresponde a la magnitud general de la reducción esperada del balance general».

El presidente de la Fed, Powell, ya ha señalado que es flexible con respecto a la reducción mensual anunciada de la liquidez después de las recientes señales de advertencia enviadas por los mercados.

Más de uno o dos aumentos en los tipos de los fondos federales, si es que se producen, solo se deben esperar si la economía estadounidense sigue en auge sin para su fortaleza actual este año. La economía puede vivir con una tasa de fondos federales del 2,5 al 3 por ciento, lo que, una vez más, le daría a la Fed «suficiente espacio para maniobrar en caso de una recesión económica», señala el experto.

A partir del 11 de febrero, el Departamento del Tesoro norteamericano calculó que la deuda pública total pendiente era de 22,013 billones, de los cuales 16,2 billones de dólares se clasificaron como «deuda mantenida por el público». Los 5,8 billones restantes se describieron como «tenencias intragubernamentales», presumiblemente bonos en poder de otras agencias. En términos de flujo de efectivo, el gobierno ha emitido hasta el momento $ 2,464 mil millones en reembolsos individuales y $ 0,309 mil millones en impuestos a las empresas.

Esta cifra con carga política para el endeudamiento total es diferente del déficit presupuestario de los Estados Unidos, que, tal y como describen los expertos de Legg Mason, es «más difícil de medir, y se calcula como la diferencia entre los ingresos y gastos del gobierno en un intervalo determinado».

A pesar de todo ello, muchos observadores dan el visto bueno al aumento en el gasto gubernamental para el fuerte crecimiento económico de 2018. La pregunta, para algunos, es cómo la deuda, así como el déficit, podrían enredarse en el terreno político antes de las elecciones presidenciales y del Congreso de 2020.

2019-02-18 09:19:24

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