La sucesión tranquila de Brufau en Repsol

Aunque todo puede ocurrir en un periodo tan amplio de cuatro años la situación accionarial de Repsol permite, a día de hoy, vislumbrar calma en su sucesión. No tenía obligación de comunicarlo con tal antelación, pero Brufau, que lleva al frente de Repsol desde 2004, ha anticipado al Consejo que la del mes que viene será su última reelección.

Brufau Imaz, un tándem que funciona

Antonio Brufau llegaba a la petrolera en 1996 de la mano de La Caixa y procedente de Gas Natural Fenosa y accedía a la presidencia ocho años después. Entonces, en 2004, con la llegada del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, se pactaba el relevo del hasta ese momento presidente de Repsol, Alfonso Cortina, hombre de confianza del Partido Popular.

Diez años después, en 2014, Brufau daba un paso atrás en Repsol a favor del consejero delegado, Josu Jon Imaz, a quien cedía las funciones ejecutivas para ocuparse de temas más estratégicos y de representatividad, así como del consejo de administración. Hoy en día, el mercado está satisfecho con cómo funciona el binomio Brufau-Imaz en Repsol, por lo que no se duda de la continuidad. Por esto y porque, tras la salida de Caixabank, la petrolera carece de un núcleo duro de accionistas. Sacyr tiene un 8,2 por ciento del capital, pero no tiene mando en la compañía, y BlackRock cuenta con un 4,98 por ciento, pero la suya es una inversión financiera.

Por cierto que el consejero delegado y delfín, Josu Jon Imaz, también será renovado en la Junta del 31 de mayo, al igual que José Manuel Loureda, que representa a Sacyr, y los independientes Henri Philippe Reichstul y John Robinson West. No será el caso, por haber cumplido el máximo de 12 años, de Ángel Durández y Luis Carlos Croissier, de modo que Repsol aprovechará para dar entrada a dos mujeres: Aránzazu Estefanía Larrañaga y María Tesera García-Milà Lloveras.

Peores momentos

Si echamos la vista atrás hay dos momentos especialmente complicados en los años de Brufau como máximo directivo de Repsol. Uno fue el envite de Luis del Rivero desde Sacyr para controlar la petrolera. Lo intentó de la mano de la rusa Lukoil primero, supuestamente de La Caixa después pero también en alianza con la india Essar o la mexicana Pemex. Brufau resistió.

Y el otro momento difícil tuvo que ver con la expropiación de YPF de la mano del ejecutivo de Cristina Kichner en 2012. Una salida que obligó a Repsol a buscar alternativas y comprar la canadiense Talisman por 13.000 millones de dólares.

Ahora, tras realizar fuertes ajustes en los años del crudo por debajo de 50 dólares, Repsol está en fase de implementar un plan estratégico hasta 2020, que ha supuesto la entrada en el sector eléctrico minorista con la compra de Viesgo. Una apuesta por otros sectores energéticos y por la movilidad, unida al incremento del dividendo –la retribución total asciende a 0,95 euros por acción- que deja a Antonio Brufau en muy buena posición para dejar todo atado para su relevo.

2019-04-11 06:07:12

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