La gestora considera que ha llegado la hora de la verdad en Europa y que los responsables políticos deben dar un paso al frente y no quedarse atrás. Deben hacerlo porque su pronóstico pasa porque el PIB se contraiga en el segundo trimestre en torno al 10% y porque esperan que existan otros “posibles efectos […]
La gestora considera que ha llegado la hora de la verdad en Europa y que los responsables políticos deben dar un paso al frente y no quedarse atrás. Deben hacerlo porque su pronóstico pasa porque el PIB se contraiga en el segundo trimestre en torno al 10% y porque esperan que existan otros “posibles efectos secundarios en la economía causados por el alto nivel de desempleo, las quiebras corporativas y los cambios en el comportamiento”, apunta Nicola Mai, analista de crédito soberano de PIMCO.
La gestora pone el acento en la situación de España e Italia, donde según el World Travel and Tourism Council, “el turismo representa alrededor del 12% y el 14% del PIB, respectivamente, y es difícil pensar que estas actividades vayan a volver pronto”. Así las cosas y ante la evidencia de que “muchos modelos de negocio no puedan volver a la normalidad por un largo tiempo”, para PIMCO es necesario que el apoyo fiscal sea agresivo, más amplio y duradero. Además, cree que “los bancos centrales, por su lado, necesitan coordinarse con las decisiones fiscales mediante el afianzamiento de los balances soberanos”.
Desde la gestora abogan porque “la mayor parte del apoyo a los países deberá ser en forma de préstamos, en lugar de subvenciones” en el Fondo de Recuperación de la UE. Y habla de préstamos que sólo serían útiles “si se otorgan con vencimientos a muy largo plazo, a tasas muy bajas y con poca o ninguna condicionalidad”, aunque reconoce que la aprobación de algo así supone un desafío para Europa.
Para la gestora, es urgente que exista una colaboración fiscal / monetaria sólida y confía en que los responsables políticos del viejo continente acaben haciendo lo que se necesita. Sin embargo, advierten: “cuanto más se demore en llegar una respuesta política convincente, mayor será el riesgo de daño económico y social, y mayor será el riesgo de perder el control”.