La decisión del BCE de adelantar la subida de los tipos de interés oficiales mediante un aumento de 75 puntos básicos y el mantenimiento del tipo de interés de las TLTRO ha sido una sorpresa positiva para los bancos europeos, que obtienen lo mejor de ambos mundos al mantenerse las TLTRO baratas. Los bancos tienen […]
La decisión del BCE de adelantar la subida de los tipos de interés oficiales mediante un aumento de 75 puntos básicos y el mantenimiento del tipo de interés de las TLTRO ha sido una sorpresa positiva para los bancos europeos, que obtienen lo mejor de ambos mundos al mantenerse las TLTRO baratas.
Los bancos tienen ahora muy pocos incentivos para reembolsar las TLTROS hasta que los tramos más grandes expiren el próximo mes de junio. Aumentar la ayuda a los intereses de los bancos podría considerarse una medida controvertida, pero el BCE tiene una justificación política sólida para incentivar a los bancos a mantener un exceso de liquidez mientras la economía de la eurozona entra en un invierno difícil. Esto puede suponer una demanda adicional de financiación para los bancos.
La iniciativa paralela para estabilizar los mercados monetarios mediante la supresión del límite del 0% para los depósitos del Estado también añade estabilidad en la transición hacia unos tipos de interés más altos, ya que evita una posible escasez de garantías si las agencias de gestión de la deuda transfieren sus tenencias al mercado de repos.
Las decisiones del BCE cuestionan la posibilidad de reducir su balance a medida que normaliza su política monetaria, algo que esperamos que aborde en futuras reuniones. Aunque el BCE se ha comprometido a reinvertir sus tenencias, necesita gestionar el exceso de liquidez en el sistema bancario con cuidado para no socavar el impacto de la subida de los tipos de interés oficiales.
La retribución del exceso de liquidez continuará, dado que se prevén más subidas de los tipos de interés para este año y el próximo. Pero no hay indicios de dónde terminará esta tendencia, es decir, dónde se encuentra el nivel de tipos que se percibe como óptimo en el que la inflación vuelve al objetivo del BCE del 2% a medio plazo. El nivel actual de tipos está todavía "muy lejos" de ese objetivo, indicó la presidenta Lagarde.
En el lado negativo, es probable que las curvas de rendimiento de la deuda pública se aplanen ante la ralentización del crecimiento. Esto elimina algunos de los beneficios que aportan los tipos de interés oficiales más altos para los bancos. La actualización de las previsiones de crecimiento para la eurozona se sitúa ahora en línea con el consenso (+0,9% en 2023), pero sigue siendo optimista, ya que el consenso se ha deteriorado rápidamente en las últimas semanas ante la aceleración de la crisis energética en Europa.
Esto afectará a las perspectivas de la calidad de los activos de los bancos europeos, aunque queda por ver hasta qué punto la crisis de los precios de la energía se ve aliviada por las medidas de política fiscal y el fomento de los préstamos, como en el caso de las empresas de servicios públicos que tienen dificultades para cumplir los requisitos de márgenes.
Creemos que, a corto plazo, el impacto de la subida de los tipos en los resultados de los bancos debería ser positivo en términos netos. Pero este beneficio debería reducirse materialmente con el tiempo, e incluso desaparecer en el contexto de una recesión inminente.
La revalorización de los balances llevará a un aumento de los ingresos por intereses con el tiempo. La demanda de crédito debería seguir siendo favorable en los próximos meses, ya que los prestatarios intentan fijar los tipos más favorables en previsión de nuevas subidas de tipos. Dicho esto, la dinámica de los préstamos puede ralentizarse si los bancos suspenden o retrasan la aprobación de préstamos hasta que los tipos suban. Con las crecientes expectativas de recesión, los criterios de concesión se endurecerán, limitando el acceso a los préstamos bancarios para una parte creciente de clientes minoristas y empresariales.
El endurecimiento de las condiciones de financiación y la contracción de la actividad económica también aumentarán el coste del riesgo para los bancos, aunque debería ser gradual y moderado a corto plazo, dado el desfase entre la desaceleración económica y la formación de préstamos morosos. Sin embargo, el efecto de recuperación en 2023-2024 puede ser significativo. El riesgo de crédito es claramente mayor en los países en los que el grueso de los préstamos bancarios se concede a tipos variables.