Hace algunos meses, el CEO de Tesla, Elon Musk, y la gestora de fondos Cathie Wood compartían en un hilo de Twitter sus críticas hacia los vehículos de inversión pasiva. Sin embargo, los fondos cotizados, en inglés Exchange Traded Funds (ETF), son un ejemplo de la simpleza de sus argumentos. Si bien es cierto que […]
| 21 oct 2022
Hace algunos meses, el CEO de Tesla, Elon Musk, y la gestora de fondos Cathie Wood compartían en un hilo de Twitter sus críticas hacia los vehículos de inversión pasiva. Sin embargo, los fondos cotizados, en inglés Exchange Traded Funds (ETF), son un ejemplo de la simpleza de sus argumentos. Si bien es cierto que la mayoría de los ETF toman como referencia la evolución de un índice y replican su comportamiento, también lo es que existe una amplia variedad de índices, por lo que la iniciativa del inversor radica en elegir las combinaciones adecuadas para crear una cartera diversificada combinando diferentes ETF.
La inversión pasiva ha ido ganando popularidad de manera constante entre los inversores desde el nacimiento de los ETF. En los últimos 10 años, los activos gestionados por estos fondos cotizados se han multiplicado por 8, hasta superar los 10 billones de dólares en todo el mundo.
A pesar de este fuerte crecimiento, los fondos de inversión gestionados de forma activa y los valores individuales dominan las carteras de los inversores. Pero Elon Musk considera que se está invirtiendo demasiado dinero mediante instrumentos de inversión pasiva. Una tesis que apoya Cathie Wood, fundadora de la empresa Ark Invest, al afirmar que el boom de este tipo de inversión podría llevar a un “error masivo de asignación de capital”. Ambos dividen el mundo de la inversión en activa y pasiva o, dicho de otro modo, en blanco y negro.
Vista de cerca, la inversión mediante ETF no tiene nada de pasiva, pues los índices no son entidades constantes. La diferencia está entre la inversión discrecional o basada en reglas. ¿Qué quiere decir esto? Aquellos que invierten dinero de manera discrecional toman decisiones basadas en la actualidad y en las valoraciones de empresas individuales, sectores o desarrollos económicos generales. Sin embargo, los resultados de estos esfuerzos son a menudo decepcionantes: solo unos pocos seleccionadores profesionales de acciones consiguen superar a los mercados generales o los respectivos índices de referencia a largo plazo.
Por poner un ejemplo, según un estudio del Índice S&P Down Jones, al cabo de 10 años el 85% de los fondos de gran capitalización obtuvieron un rendimiento inferior al del S&P 500, y al cabo de 15 años, casi el 92% está por debajo del índice.
El procedimiento sistemático, basado en reglas, que se utiliza para elaborar un índice o un ETF, sigue un estricto proceso de selección que va más allá de la evaluación de eventos futuros, y trata de eliminar las trampas psicológicas que conlleva la selección individual de valores. La inversión pura en índices también es una forma activa de inversión, pues como decíamos, la propia decisión de escoger invertir en un ETF es de por sí activa, con el matiz de que sigue unas reglas predeterminadas.
Los ETF son fondos que siguen un índice elaborado de acuerdo con unos principios o normas. Estos instrumentos pasivos (o mejor dicho, basados en reglas) hacen que el modelo, en parte establecido y en parte innovador, sea una manera conveniente y rentable de inversión, ya que gestionar algo así por uno mismo supondría un gran esfuerzo.
Invertir sin necesidad de oráculos
Al gurú del mercado de valores Warren Buffett se le conoce como “Oráculo” porque selecciona sus inversiones individualmente. Muchos gestores de fondos no solo examinan concienzudamente los balances, sino que también visitan las empresas in situ y hablan con los directivos. Todo esto supone un gran esfuerzo y, por tanto, en muchos casos da lugar a carteras con poca diversificación. Por ejemplo, el holding de Buffett, Berkshire Hathaway, invierte en poco más de 50 empresas, con una fuerte predilección por las empresas de Estados Unidos. Curiosamente, Buffet es un admirador de la inversión pasiva y ha mencionado en varias ocasiones que el SP500 ETF es la mejor manera de invertir.
Con los ETF diversificados globalmente MSCI All Country o MSCI World, los inversores minoristas pueden aplicar fácilmente una estrategia de inversión global. Los ETF invierten tanto en empresas de Estados Unidos, como en Europa y en mercados emergentes como Brasil, siempre siguiendo el sistema de reglas. La inclusión de una empresa en ETF no es el resultado de valoraciones subjetivas, sino de determinadas cifras clave, como la relación entre el valor bursátil de una empresa y el valor de su balance. De la misma manera, se hace una ponderación entre las distintas regiones para que su peso sea acorde a su relevancia. Los constructores de ETF hacen un seguimiento de los cambios de los índices, no es necesario un oráculo.
Actualmente hay más de 1.600 acciones solo en el Índice MSCI World Index. Los ETF basados en el índice MSCI World se consideran los best sellers de los fondos indexados. Sin embargo, este índice solamente cuenta con acciones de empresas de países industrializados como Alemania, Francia o Estados Unidos. Las acciones de mercados emergentes como Brasil, Sudáfrica o China forman parte del índice MSCI Emerging Markets. Los ETF temáticos con potencial también son populares entre los inversores, porque les permiten participar de las grandes tendencias de manera sencilla.
En definitiva, se trata de la decisión activa de participar en el mercado de capitales. Tanto si lo hacemos siguiendo unas reglas específicas o involucrándonos en un análisis pormenorizado de empresas individuales.
