Nuestra opinión sobre las materias primas se debe a los muchos años de falta de inversión en las industrias del petróleo y el gas y de los metales. Esto, junto con la sustitución de los combustibles fósiles por alternativas más respetuosas con el medio ambiente y el conflicto en Ucrania, ha creado las condiciones para […]
Nuestra opinión sobre las materias primas se debe a los muchos años de falta de inversión en las industrias del petróleo y el gas y de los metales. Esto, junto con la sustitución de los combustibles fósiles por alternativas más respetuosas con el medio ambiente y el conflicto en Ucrania, ha creado las condiciones para que los precios de las materias primas sean altos a largo plazo.
Tras la fuerte recuperación económica de 2021, los inventarios de petróleo se encuentran en niveles históricamente bajos. Las sanciones contra Rusia contribuyen a una escasez adicional en el mercado. Europa sigue importando petróleo de Rusia, pero como parte de su sexto paquete de sanciones la UE dijo que detendría las importaciones de crudo ruso por vía marítima en diciembre y también prohibiría las importaciones de productos petrolíferos a partir de febrero de 2023. Rusia suministra el 27% del total de las importaciones de petróleo a Europa. A medida que Europa se aleja del petróleo ruso, esperamos una mayor tensión en el mercado, lo que provocará un aumento de los precios del petróleo. Algunos podrían argumentar que la crisis energética puede resolverse perforando más. Sin embargo, esta crisis comenzó antes de la guerra de Ucrania y muchos de los problemas son estructurales. Los inversores han pedido (y siguen pidiendo) a las petroleras más inversiones en energías renovables. Por ello, productores como Shell y Exxon están aumentando sus inversiones en sistemas solares y turbinas eólicas, restando recursos para la exploración de petróleo y gas. El resultado ha sido un descenso de las inversiones para la nueva producción de petróleo de alrededor del 70% desde 2014. Incluso si se invierte más ahora, se necesitarán años para aumentar la producción de forma sostenible. En los próximos años, tendremos que vivir con un suministro ajustado de petróleo y gas. Esto se debe también a que la población de los mercados emergentes (unos 7.000 millones de personas actualmente) va a seguir aumentando y la demanda seguirá siendo elevada. Hoy en día, un indio consume una media de 1 barril de petróleo al año, y un estadounidense 18 barriles.
La transición energética también requerirá una gran cantidad de metales básicos. El cobre, el níquel y el litio son algunos de los minerales necesarios para las tecnologías verdes. Estos metales básicos proceden principalmente de los mercados emergentes. Por ejemplo, el 40-45% del cobre procede de Chile, Perú y México, mientras que el 50% del níquel proviene de Indonesia y Filipinas. Se espera que la demanda de minerales relacionados con la transición verde se duplique como mínimo de aquí a 2040. Por otro lado, los vehículos eléctricos, una herramienta importante para lograr la agenda energética verde de los gobiernos de todo el mundo, utilizan casi seis veces más minerales que los coches normales. Creemos que la industria minera, que al igual que la petrolera ha invertido poco durante años, tendrá dificultades para satisfacer este aumento de la demanda. Desde el descubrimiento de un yacimiento de materias primas hasta la primera producción pasan entre 3 y 5 años. Todo esto sólo puede significar una cosa: precios más altos.