La entidad, que elabora sus carteras en base al análisis fundamental y atendiendo a un estilo bottom-up, cuenta en la actualidad con seis vehículos de inversión, cinco de los cuales acumulan rentabilidades positivas en 2020, pese a la volatilidad generada por el coronavirus. Para Cristina Solinís, directora de relación con Inversores de Belgravia Capital, “las rentabilidades de nuestros vehículos reflejan que hemos acertado en los movimientos realizados, dando un mayor peso a compañías con potencial de revalorización, según las valoraciones actuales, y moviendo el grado de exposición de la cartera según se ha ido incrementando la visibilidad en los mercados”.
Una estrategia que, en el caso del Belgravia Épsilon partía de una exposición neta a mercado del 9% a principios del mes de marzo. A partir de ahí, el fondo ha incrementado exposición a bolsa de forma gradual en función de la mayor visibilidad generada por “el impacto de los estímulos de los bancos centrales” y la “reapertura de las distintas economías tras el confinamiento”.
En concreto, en el aciago mes de marzo para las bolsas, la gestora llevaba a cabo un movimiento táctico que pasaba por la incorporación de compañías que podían hacerlo mejor que el mercado. Empresas como Enagás o Telefónica Deutschland, por su carácter defensivo; compañías como Ahold o Reckitt Benckiser, por la mayor demanda de sus productos o valores como Yara y OCI, en este caso ante la estabilidad de la demanda de sus productos.
Cambios en abril y mayo
El equipo de gestión de Belgravia, encabezado por Carlos Cerezo y José Palma, ha movido su cartera hacia un sesgo “income”, para dar entrada o incrementar peso en valores como TF1, Peugeot o Acerinox. Otra de las decisiones de inversión ha sido -una vez más avanzado el desconfinamiento- aumentar posiciones largas hasta el 83%. eso sí, con una cobertura “con futuros del Eurostoxx 50 en un 23%, lo que sitúa su exposición neta al mercado a fin de mes en el 60%”.
2020-06-01 21:54:52