Si hay dos materias primas por excelencia esas son el oro y el petróleo, que con el aumento de la inversión alternativa han acaparado mayor atención por parte de los inversores. Sin embargo, el futuro próximo de ambas commodities es dispar, como también lo es la manera en la que se deben invertir en cada uno de estos activos.
El oro es un activo “defensivo muy fuerte”, señala el director de análisis de WisdomTree, Nitesh Shah. La gestora especializada en materias primas asegura que “de los ETFs que comercializamos ha aumentado y lo seguirá haciendo a un ritmo superior al 10% en Europa”. Sin embargo, la última modificación fiscal en España que no trata por igual a los fondos de inversión que a los ETFs, perjudicando a estos últimos, “hará que la demanda crezca menos, pero también crecerá”, explica Adrià Beso, recientemente nombrado jefe de distribución para España.
El metal dorado es un activo que “permite diversificar bien la cartera porque cuando caen las acciones, el oro tiende a subir”, comenta Shah. Es más, durante el año pasado, y con la mirada puesta en el fin del ciclo económico, la demanda mundial ha crecido un 4% y la de los bancos centrales, sobre todo emergentes, un 74%.
Sobre el comportamiento del oro, la gestora explica que la evolución de la cotización del metal tiene mucho que ver con la situación que se encuentre el dólar, con las políticas que siga la Reserva Federal y con la situación de los mercados. Destacan, como dato a considerar, que, durante las crisis geopolíticas más importantes, el metal tiende a subir y sirve como refugio, mientras que la renta variable sigue el efecto inverso. En la crisis financiera de 2008, explican, el oro creció un 21,5% en un año, mientras que el precio de las acciones a nivel mundial cayó un 13,1%.
Sobre la previsión para 2019, WisdomTree baraja tres posibilidades. En un escenario base, con las condiciones actuales, el oro tendería a subir y acabaría el año en 1.369 dólares por onza – actualmente está por debajo de los 1.284 dólares –. Mientras que en un escenario alcista el metal podría llegar a cotizar hasta en 1.530 dólares por onza. En el peor de los casos, el metal se desplomaría tocando suelo en los 1.141 dólares por onza.
“Es difícil determinar cuánto porcentaje de la cartera debe estar invertida en oro porque depende de la situación económica del momento y del tipo de inversor. Pero, es un activo que actúa muy bien cuando el mercado cae”, comenta Shah.
Un escenario distinto presenta el petróleo
Si bien el oro sirve como refugio, el petróleo es un activo tremendamente volátil, sobre todo desde el año 2003. “Depende mucho de la producción, de las decisiones de la OPEP y de otros condicionantes”, explica el director de análisis de WisdomTree. La situación actual del Brent es la de recortar la producción, tras la decisión que tomó la OPEP en diciembre. El objetivo es recortar en 1,2 millones de barriles de Brent al día en todo el mundo para luchar contra la fuerte bajada de los precios. Como se advirtió en 2018, si el ritmo de producción se mantenía en 2019 habría una mayor oferta que demanda.
Sin embargo, de cara al futuro, en la gestora destacan que se debe tener en cuenta la posición de Estados Unidos, que se encuentra produciendo a niveles récord y que quiere ser un fuerte exportador de crudo al mundo. Para ello se están dotando de mejores instalaciones.
2019-03-05 16:39:54