El futuro de nuestra jubilación se presenta, cada vez más, como una incógnita en el horizonte financiero. Esto es debido al creciente grado de incertidumbre que rodea la viabilidad del actual sistema de pensiones, ya que estamos enfrentando un incremento de la población jubilada y una importante caída de la natalidad que va a hacer difícil que continue como lo conocemos a día de hoy; si además añadimos la variable de incremento de la esperanza de vida, complica aún más el sistema de reparto de las pensiones (o conocido como primer pilar). Esto quiere decir que, aunque la prestación está garantizada, tendrán que ponerse en marcha cambios que provocarán una disminución necesaria en la pensión pública que recibirán los cotizantes del presente.
Según datos la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el 90% de los jubilados ha llegado a esta etapa sin otros ingresos que la pensión pública y, lo que puede ser más preocupante, tan solo 3 de cada 10 trabajadores a día de hoy cuentan con planes financieros para preparar su jubilación. El ahorro para la jubilación actúa como un amortiguador financiero, permitiéndonos mantener nuestro nivel de vida cuando nos retiramos y ofreciéndonos la flexibilidad necesaria para afrontar desafíos económicos inesperados o cambios en nuestro contexto económico.
Por ese motivo, desde EFPA España ofrecen una serie de consejos para optimizar los ahorros de cara a esta importante etapa.
- Cuanto antes, mejor: comenzar a ahorrar temprano es fundamental, ya que cada año cuenta. Cuanto más temprano se empiece a construir un fondo de jubilación, más sencillo será alcanzar las metas financieras y disfrutar de un retiro cómodo y seguro. El tiempo es además un aliado a la hora de aprovechar el poder del interés compuesto y establecer una base financiera sólida para el futuro. En este sentido, el ahorro está estrechamente ligado a la educación financiera, por eso es importante saber que cuanto antes se empiece a trabajar en conseguir estos conocimientos, mejor podremos aprovechar todas las oportunidades a nuestro alcance.
- Si te resulta complicado, prueba con un método de ahorro: existen numerosos métodos o reglas que pueden ayudarte a ahorrar o, al menos, hacértelo más sencillo. Un ejemplo es la regla del 50-30-20. El 50% de tus ingresos deben estar destinados a los gastos básicos, como el alquiler, la comida, etc. El 30% a gastos personales, como el ocio o los caprichos y el 20% restante debe destinarse al ahorro. Existen otros métodos como el de las 52 semanas, el de Harv Eker o la regla de los 30 días, que también pueden ser de utilidad.
- Revisa tus productos de inversión: el contexto cambia, por lo que productos que antes eran interesantes pueden ahora haber perdido su atractivo y, sin embargo, surgir nuevas posibilidades de inversión. Un asesor financiero puede ayudarte a aprovechar estas oportunidades, sacándole el máximo partido a tus ahorros y garantizando que tu dinero esté invertido de manera eficiente para obtener la mejor rentabilidad posible a lo largo del tiempo. La gestión inteligente de tus inversiones es esencial para hacer crecer tu patrimonio y asegurar un futuro financiero más sólido.
- Cuidado con las financiaciones y las deudas: financiar compras puede resultar atractivo si no se quieren realizar desembolsos importantes, pero hay de tener en cuenta que estas financiaciones frecuentemente conllevan intereses que hacen que el desembolso final sea mayor. En este sentido, aunque siempre es necesario analizar la situación financiera del individuo, pagar al contado permitiría reducir el gasto en el que se incurre al tener que abonar intereses y destinar esa diferencia al ahorro. En el caso de tener préstamos, es también interesante realizar revisiones periódicas de los mismos, que permitan analizar si interesa renegociar las condiciones, amortizar parte del capital, modificar la duración, etc.
- Elabora un plan financiero de acuerdo a tus objetivos y nivel de aversión al riesgo: es esencial diseñar un plan financiero que se alinee con tus metas y grado de asunción de riesgo. Este plan actuará como una herramienta valiosa para administrar tus ingresos y gastos de manera efectiva. Para la creación y gestión de un plan financiero óptimo que se adecue a las necesidades de cada persona, es recomendable buscar la ayuda de un asesor o planificador financiero, ya que pueden brindarte orientación especializada y valiosos consejos para optimizar tu situación financiera.
Cada vez es más importante crear unos hábitos de ahorro y conocer nuestro comportamiento financiero de cara a asegurarnos una jubilación que permita mantener nuestro nivel de vida. Por eso, es importante estar al día de todos nuestros gastos e ingresos, para poder mantener un control de nuestras finanzas, y contar con asesores financieros que puedan ayudarnos a establecer planes a medio y largo plazo que se adapten a nuestras necesidades cambiantes y trabajen en línea con nuestro perfil de riesgo, ya que no se realizará la misma gestión de ahorros de un joven que acaba de comenzar su vida laboral y busca maximizar su rentabilidad, que de una persona que está próxima a su jubilación y busca mantener sus ahorros en línea con el encarecimiento del nivel de vida.