Los mercados de capitales, epicentro de la revolución digital

El pasado 24 de abril se cumplieron 30 años de la primera versión del Mercado Continuó. España fue una de las primeras Bolsas en incorporar el sistema electrónico de negociación de valores. En los siguientes años se producen cambios importantes para afianzar el sistema bursátil. La creación de los mercados de derivados, el sistema de negociación de Renta Fija, el servicio de liquidación y compensación… Se incrementaron las inversiones, impulsadas por el crecimiento económico y el mercado ha evolucionado técnicamente para ponerse a la altura de los requisitos en latencia, rendimiento y seguridad. Esto ha implicado desde el principio una carrera tecnológica continua y muy exigente que nos obliga a investigar y trabajar de una forma ágil y muy rigurosa.

Aún con toda esta experiencia somos conscientes de que en los últimos años ha habido un cambio y que estamos ante una revolución en prácticamente todas las industrias, incluidas las infraestructuras de mercados, que están transformándose de forma vertiginosa movidas por varios drivers: las nuevas tecnologías, mucho más accesibles y que permiten modelos nuevos; la irrupción de las fintechs, que empujan y aportan agilidad; los cambios y exigencias regulatorias y, especialmente, la búsqueda de nuevos servicios con los que complementar nuestra función primaria y ofrecer a nuestros clientes soporte para sus propias transformaciones y adaptaciones a los nuevos modelos y tecnologías.

Esta revolución nos obliga a todas las compañías a un proceso de transformación que no se limita a los equipos técnicos o a la implantación de algunas herramientas. Es una transformación transversal que debe dotar a la empresa de una estructura que le permita absorber de forma ágil todos los cambios que se producen en el mercado, que no cesan de llegar, y cada vez más rápido, en forma de competidores, nuevas tecnologías, nuevas regulaciones y nuevos requisitos de clientes.

Para afrontar esta transformación las empresas deberán plantearse algunos pilares organizativos como son los criterios para la definición de la estrategia, las capacidades necesarias, las metodologías de trabajo, la gestión integrada de los cambios con un enfoque de mejora continua y, en especial, los mecanismos por los cuales aseguramos que todos los pasos que se den sean pensando en el cliente.

Los operadores de mercados como BME, además, tenemos el reto de facilitar la financiación que las empresas necesitan para esta transformación. Según los datos publicados en el último informe SoftServe Digital Transformation Report sobre empresas de Estados Unidos y Reino Unido, sólo un 10% consideraba finalizados los cambios necesarios, y por tanto sus inversiones, en transformación digital. Queda mucha inversión por realizar.

En paralelo, la financiación vía mercado se ha incrementado en los últimos años en España de forma relevante como alternativa complementaria a la bancaria, tanto en empresas grandes como medianas. Se han puesto en marcha iniciativas como los mercados alternativos bursátil y de renta fija MAB y MARF, pero tenemos que avanzar en modelos que faciliten la financiación.

Además, BME debe desempeñar un papel relevante en los análisis y replanteamientos de nuevos modelos. Nuestra posición de neutralidad, el profundo conocimiento del sistema y la relación de colaboración permanente con todos los actores del mismo nos sitúa en una posición inmejorable para dar soporte y liderar proyectos de análisis de nuevos modelos con un enfoque colaborativo. Es esencial que el sistema financiero español afronte estos cambios con impulso y seriedad para conseguir aprovechar las oportunidades que nos presenta esta revolución.

2019-06-12 13:30:39

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