1. ¿Espera que el fondo de recuperación de la UE se parezca a la propuesta de la CE o que se diluya sustancialmente?
La propuesta de la CE proporciona el punto de partida para que se lleven a cabo intensas negociaciones en los próximos meses. Algunos aspectos ciertamente cambiarán, mientras que otros aún deben ser acordados. La propuesta de la CE de dividir los 750.000 millones de euros del fondo en transferencias directas (2/3) y en préstamos (1/3) equilibra cuidadosamente la propuesta franco-alemana, que incluía subvenciones directas por valor de 500.000 millones de euros, y la de los «cuatro países frugales» (Austria, Dinamarca, Suecia y Países Bajos) que proponían materializar la ayuda sólo con préstamos.
La proporción final entre transferencias y préstamos es una de las principales áreas de negociación pendientes y podría terminar con una proporción algo mayor de préstamos, como se propone actualmente. Ello dependerá también de otras características del fondo, como su carácter temporal, los criterios de elegibilidad para acceder al fondo, así como el propósito/proyectos para los que los fondos puedan utilizarse en última instancia.
Por consiguiente, esperamos que el resultado final cambie un poco. No obstante, esperamos que la dirección general, incluida la propuesta de utilizar subvenciones sustanciales según la propuesta de la CE, forme parte de la estrategia de recuperación económica de la UE en el futuro.
2. ¿Qué repercusiones tendrán los préstamos adicionales requeridos por el fondo de recuperación y los programas SURE en la calidad crediticia de la UE?
La calificación AAA/estable de la UE se basa principalmente en la calidad crediticia de los países miembros de la UE. Además, la UE tiene una sólida estructura institucional que garantiza, de facto, un apoyo conjunto y solidario, una prioridad legal del pago de la deuda combinada con una importante flexibilidad presupuestaria y una gestión conservadora de la tesorería que da lugar a reservas de liquidez muy elevadas.
El impacto del endeudamiento adicional afectará principalmente a los parámetros de liquidez de la UE, que dependerá de los desembolsos anuales que la UE realice a través del fondo de recuperación y los programas SURE. Si bien se necesitan más detalles para evaluar el impacto en los parámetros de liquidez de la UE, la calificación AAA de la UE resistiría un aumento significativo de los desembolsos anuales, suponiendo que los demás parámetros del presupuesto de la UE sigan siendo en general los mismos, incluidos los colchones de efectivo (que rondan los 20.000 millones de euros anuales) y el margen presupuestario (es decir, los recursos que la UE puede obtener de los Estados miembros sin necesidad de aprobación parlamentaria).
En función de los parámetros finales del próximo marco financiero plurianual para 2021-27, incluido un posible aumento de los recursos propios de la UE, estos desembolsos podrían ser de unos 100.000-150.000 millones de euros anuales sin arriesgar necesariamente el rating AAA. Esto refleja el enfoque basado en el mandato de Scope para evaluar los órganos supranacionales, que reconoce que instituciones como la UE tienen el mandato de actuar de forma anticíclica, aumentando las actividades precisamente cuando sus Estados miembros necesitan más apoyo.
3. ¿Qué impacto tendrán estos programas en la calidad crediticia de la periferia de la zona euro, en particular de Italia?
El impacto final dependerá no sólo de las cantidades transferidas sino también de su uso.
Aquí, los criterios de elegibilidad para los fondos serán clave. Un uso productivo de esas subvenciones podría ayudar a fomentar una recuperación más rápida y evitar nuevos aumentos bruscos de los niveles de deuda pública, reduciendo así potencialmente los riesgos para las calificaciones soberanas, especialmente para los Estados miembros más débiles.
En el caso de Italia (BBB+/Negativo), la clave para su calidad crediticia es si el fondo de recuperación podría facilitar una recuperación económica más rápida, al aumentar el crecimiento real y potencial, sin que ello repercuta negativamente en las finanzas públicas del país a través de un mayor endeudamiento público. En el caso de subvenciones de alrededor de 82.000 millones de euros (4-5% del PIB italiano), esos desembolsos se repartirían a lo largo de varios años, lo que significa que el apoyo sería incremental, y el impacto total, en última instancia, dependería también del multiplicador del crecimiento. Sin embargo, incluso con el apoyo de un fondo de recuperación, es poco probable que Italia revierta gran parte del grave aumento del volumen de su deuda, de al menos 20 puntos porcentuales en 2020.
Aun así, las subvenciones del fondo de recuperación son positivas para la calidad crediticia si los proyectos financiados apoyan un mayor crecimiento económico y/o si el gobierno aplica nuevas reformas favorables al crecimiento inducidas por los criterios de elegibilidad asociados para acceder al fondo. La propuesta de la CE mantiene en llevar a cabo de forma conjunta las transiciones verde y digital, así como en las prioridades nacionales de inversión y reforma para orientar la asignación de fondos.
Por último, en el caso de Italia, así como en otros Estados miembros, los desafíos también están relacionados con la aplicación efectiva de estos proyectos, teniendo en cuenta los malos antecedentes en la plena utilización de los fondos de la UE. En este caso, la superación de las ineficiencias administrativas para identificar y cofinanciar los proyectos de la UE será un obstáculo importante para aprovechar al máximo los fondos.
2020-06-01 14:40:04