Carlos Balado: “Los inversores en renta fija tienen la oportunidad de asegurarse uno de los rendimientos más altos en los últimos diez años”

Entrevista con Carlos Balado, profesor de OBS Business School y director de Eurocofín.

La renta fija ha despertado de su letargo para ofrecer, de nuevo, un interesante atractivo a los inversores. Un hecho que, además, puede verse reforzado con esos posibles recortes en los tipos de interés y una lucha contra la inflación que no se acabará en el corto plazo, tal y como cuenta Carlos Balado, profesor de OBS Business School y director de Eurocofín.

En el mercado de la renta fija, se espera que este año se produzcan varios recortes en los tipos de interés, ¿qué pueden esperar los inversores?

Algunas partes del mercado esperan seis bajadas de tipos, otras menos. Parece un tanto exagerado teniendo en cuenta que la inflación todavía no ha dado señales claras de reducción con certeza de estar bajo control. Cuando hablamos de bajo control, hablamos de que esté próxima al 2% y para ello hace falta tiempo. Por eso, no creo que haya razones para que los bancos centrales bajen en tantas veces los tipos de interés. Por tanto, esperar seis bajadas de tipos de interés me parece excesivo. Lo que sí que parece más claro es que, a medida que la inflación se controle, los tipos bajen. Pero, no tan excesivamente como piensa el mercado para este año.

Teniendo en cuenta lo dicho sobre los tipos de interés, ¿en qué punto se encuentra el mercado de la renta fija?

El mercado está muy proclive para la renta fija. Todo apunta a que es un buen momento para aumentar la duración. Sobre esto hay tres cuestiones que juegan a favor de los bonos para este año y para el siguiente. Por un lado, la relación rentabilidad-riesgo es atractiva. Si se compara la rentabilidad que puede ofrecer la bolsa y la renta fija global, estamos en una diferencia de 2,27 puntos. Estamos hablando de una renta fija en el entorno del 3,75% y de una inversión en bolsa cercana al 6%, con mucho menos riesgo en la renta fija. Es una diferencia muy reducida que no se veía desde 2009. Pocas veces en los últimos años se ha visto la rentabilidad de los bonos en niveles tan altos.

Por otra parte, la inflación está evolucionando de forma positiva. La caída de la inflación es la mejor noticia para los bonos porque aumenta su rentabilidad real e invita a pensar en un cambio a mejor en los tipos de interés. Con una inflación a la baja, el precio de los bonos subiría y la rentabilidad bajaría.

El tercer factor a favor de los bonos se encuentra en el mayor endurecimiento de la política monetaria, que lleva a pensar en bajadas de tipos en 2024 por la desaceleración económica y por la reducción de la inflación. El cambio en los tipos de interés es una magnifica situación para la rentabilidad de los bonos porque además permite generar una rentabilidad adicional a la que se puede obtener por el cobro de los cupones.

¿Qué papel debe jugar ahora mismo la duración en la cartera?, ¿es momento de irse a los plazos más largos?

Si se confirma esa bajada de tipos, lo que vamos a empezar a ver es una desinversión de la curva de tipos. La curva sigue muy invertida, el corto se paga más que el largo y esto irá cambiando a medida que la economía se normalice. Todavía no estamos en esta situación, pero en la medida que se puede prever la normalización de la economía, los plazos a largo se retribuirán más que los plazos a corto. Hoy mismo tener en la cartera bonos a largo plazo ofrece una rentabilidad mayor que la que se va a obtener con las nuevas emisiones. Ahora mismo, los inversores en renta fija tienen la oportunidad de asegurarse uno de los rendimientos más altos en los últimos diez años. Por lo que es muy difícil que puedan registrar rendimientos negativos.

Mirando al futuro de la política monetaria y su impacto en la renta fija, ¿vamos a ver un escenario muy diferente al vivido desde 2014 y hasta 2022?

Aquí hay una disyuntiva entre el crecimiento y la inflación. Lo que puede ocurrir es que una política muy agresiva en los tipos de interés pueda frenar el crecimiento económico, que ya de por sí es débil. Europa está en una situación de muy bajo crecimiento. El problema es cómo bajar la inflación sin alterar las perspectivas de crecimiento. El Banco Central Europeo está más decidido en cortar la inflación, que en evitar la desaceleración. La vía que está siguiendo el BCE es precisamente esa y esto significa que, hasta que no haya señales claras de que la inflación no se controla y se estabiliza, los tipos seguirán elevados.

La lucha contra la inflación tiene un recorrido todavía a largo plazo. Sobre todo, porque no se está teniendo en cuenta cómo la tensión geopolítica puede afectar a la inflación. Hay factores que no están controlados y que siguen amenazando la tendencia inflacionista de la economía. Por otra parte, hay muchas cuestiones que tienen que resolverse como la transición energética, que supondrá una inversión de casi el 2% del PIB de la Unión Europea cada año. Esto movilizará recursos, comercio y tendrá su impacto en la inflación.

2024-03-06 08:00:00
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