La Inversión Socialmente Responsable (ISR) es, más que una moda, una realidad que solo está empezando a dar los primeros pasos. Tras el Acuerdo de París de 2015, muchas son las gestoras que han pisado el acelerador para mejorar los criterios Ambientales, Sociales y de buen Gobierno (ASG) y adelantarse así a la regulación que […]
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| 18 oct 2019
La Inversión Socialmente Responsable (ISR) es, más que una moda, una realidad que solo está empezando a dar los primeros pasos. Tras el Acuerdo de París de 2015, muchas son las gestoras que han pisado el acelerador para mejorar los criterios Ambientales, Sociales y de buen Gobierno (ASG) y adelantarse así a la regulación que está por venir.
Para dar prueba de ello, Spainsif ha presentado el primer estudio sobre ‘La Inversión Sostenible en España’, celebrando también su X Encuentro Anual. El informe revela que a pesar de que el patrimonio de los IICs y fondos de pensiones ha caído a nivel internacional y nacional, la ISR no para de crecer. Entre 2016 y principios de 2018 crecido un 32% en todo el mundo y un 11% en Europa, donde alcanza ya 14,1 billones de euros. En España, la inversión sostenible ha alcanzado la cifra de 210.644 millones de euros gestionados en 2018, lo que supone un incremento del 13,5% respecto al año anterior.
A escala global, los activos gestionados profesionalmente bajo alguna de estas estrategias sostenibles alcanzaron los 27,79 billones de euros, de los cuales el 46% provinieron de Europa.
“La razón del crecimiento de la ISR se debe a la difusión de los estudios que aseguran que la rentabilidad de los fondos catalogados como sostenibles es igual o superior a los fondos que no lo son. No se pierde dinero, no se gana poco. Se trata de una inversión rentable y gracias a los datos que se tienen y al conocimiento de los mismos se explica mejor este aumento”, explicaba Joaquín Garralda, presidente de Spainsif.
Sin embargo, a pesar de los buenos datos, el inversor minorista desconoce o participa poco en este tipo de inversión. Hasta ahora, el 85% de la ISR la realizan los inversores institucionales, y solo el 15% la hacen los minoristas. “Esto puede que sea por desconocimiento y por falta de información de las gestoras a los clientes. Pero cambiará en los próximos años y el paso de los minoristas seguramente aumente”, aseguraba el director general de Spainsif, Javier Garayoa.
Implantar la ISR se puede hacer con diferentes estrategias, “la que más valor aporta es la de la integración ASG”, afirma Garayoa. Esta estrategia consiste en invertir en empresas que están trabajando para mejorar su sostenibilidad y reducir la huella de carbono, entre otras cosas, y necesitan financiación. “En España, la estrategia más usada es la de la exclusión, que es la que menos valor aporta”, añadía el director general de Spainsif. Precisamente, este tipo de estrategia consiste en elaborar unos criterios para descartar empresas. Por ejemplo, no se considera ESG invertir en empresas que superen un tanto por ciento las emisiones de carbono, o en las compañías petroleras.