De momento, los sondeos son "más tranquilizadores para los que pensamos que el Brexit sería una mala noticia para Reino Unido y el resto de la UE", afirma el estratega de Citi en España, José Luis Martínez Campuzano. Aún así, reconoce, están demasiado igualados como para ‘bajar la guardia’. Los analistas políticos del broker estadounidense, […]
Dirigentes Digital
| 06 jun 2016
De momento, los sondeos son "más tranquilizadores para los que pensamos que el Brexit sería una mala noticia para Reino Unido y el resto de la UE", afirma el estratega de Citi en España, José Luis Martínez Campuzano. Aún así, reconoce, están demasiado igualados como para ‘bajar la guardia’. Los analistas políticos del broker estadounidense, además, han comenzado a advertir sobre el riesgo político que conlleva "una victoria demasiado ajustada de la permanencia". Y es que, explica, el ascenso de los movimientos antieuropeistas y euroescépticos amenaza el propio proyecto de la Unión.
En este sentido, el economista jefe de Saxo Bank, Steen Jakobsen, señala que "independientemente del resultado, lo que podría crear una potencial mini-crisis en Europa es que otros países como Hungría, Polonia o Finlandia quieran asegurarse también acuerdos que coincidan con las concesiones dadas al Reino Unido". Considera este experto que la UE también pierde si se sienta este precedente de dos niveles, aunque claro la derrota es aún mayor, tanto política como por unos "costes prácticos que parecen insuperables", si se produce una salida.
"No estoy quitando importancia y valor al referéndum sobre el Brexit, pero tiene muy poco que ver con la economía de Reino Unido y mucho que ver con su papel en Europa. Permítanme subrayar que no veo ningún escenario donde el país se beneficie al votar ‘no’ a la UE. El hecho es que nadie sabe qué sucederá después. Lo que sí sabemos es que el ‘ruido’ (es decir: la volatilidad) se incrementará", afirma.
La importancia de la mayoría
Léon Cornelissen, economista jefe de Robeco, se muestra positivo con el resultado del referéndum, pero considera que la ventaja del ‘sí’ será clave en el devenir de los mercados. "Una victoria decisiva, por un amplio margen, desterrará la cuestión durante, al menos, una generación, y los mercados y los inversores podrán seguir avanzando", recordando que, según sus previsiones, el Brexit podría suponer una contracción del 8% del PIB, lo que provocaría una recesión.
Para el experto, la volatilidad desde que se convocó el referéndum ha sido muy significativa, con una devaluación de la libra frente al euro cercana al 12% y una ampliación de los diferenciales de los bonos británicos. "Los inversores respirarán aliviados si finalmente las previsiones de las casas de apuestas resultan acertadas".
Sin embargo, si la victoria del ‘Sí’ es muy ajustada, considera que el riesgo de que se plantee un nuevo Brexit en el futuro seguirá pesando en el mercado.
Para Laura Sarlo, analista de Loomis Sayles, el mayor temor son las turbulencias que pueden generar posibles rebajas de rating del país por parte de las agencias de calificación. Además, explica que de aquí al referéndum, la volatilidad persistirá, entre otras cosas porque "la mayoría de participantes del mercado tienen más conocimientos de otro tipo de riesgos financieros, pero no son muy buenos para poner precio a los riesgos políticos".
Luke Newman, cogestor de la estrategia Henderson UK Absolute Return, coincide en que "con independencia del resultado que finalmente se obtenga, los inversores tenderán a mostrarse más nerviosos en la víspera de la votación, lo que producirá una mayor volatilidad en el mercado". Sin embargo, asegura que esto creará oportunidades para estrategias long-short como la suya.
A su juicio, la clave estará en adoptar un enfoque flexible, combinado con una estrecha vigilancia a los indicadores (fiables) del resultado. "Estaremos muy atentos y trataremos de aprovechar las oscilaciones irracionales del mercado y las anomalías de valoración", indica Newman, sobre todo en la libra esterlina mediante la adquisición de posiciones cortas en empresas afectadas por costes de importación incrementados como minoristas y posiciones largas selectivas en empresas con un porcentaje elevado de ingresos denominados en divisas extranjeras.
Los analistas de ETF Securities también recuerdan que la Unión Europea supone el 45% de las exportaciones de Reino Unido y el 53% de sus importaciones, "a pesar de que tienen un plazo de dos años para renegociar los acuerdos comerciales, parece poco tiempo, pues los burócratas tienden a moverse a ‘paso de tortuga’". Por ejemplo, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, indicaba que el tratado entre ambos países podría llegar a tardar entre cinco y 10 años. Reconocen que hay "modestos beneficios fiscales" de no contribuir al presupuesto de la Unión, pero, matizan, se verán compensados por los costes de establecer nuevas relaciones (administración, regulación, etc.).
En este contexto, se centran en el impacto en el mercado de divisas y apuntan: "Con tantos votantes indecisos, la volatilidad será elevada en los cruces de la libra y es probable que la moneda se mantenga bajo cierta presión frente a sus principales pares". Ahora bien, afirman, "estos bajos niveles abren oportunidades de compra en el medio plazo a medida que se desvanezca la incertidumbre. Históricamente, fuertes caídas en la libra han precedido a importantes rebotes", como en el caso del referéndum de Escocia.
¿Y si gana el sí?
En caso de Brexit, los analistas de Deutsche Bank considera que la depreciación de la libra beneficiaría a las exportadoras, recordando que "las empresas del Ftse 100 tienen una cuota de exportación del 80%". Por el contrario, las cotizadas del Stoxx Europe 600 Index,tienen una exposición en ventas a Reino Unido del 10%, recordando que, por ejemplo, los fabricantes de automóviles "podrían ver su beneficio por acción caer entre un 5% y un 14%".
Más optimistas se muestran los expertos de Capital Economics, que consideran que si finalmente Reino Unido decide salir de la UE las turbulencias serán "menores de lo esperado". Recuerdan que no se produciría una escisión inmediata y que una vez se haya producido el voto en este sentido, todos los esfuerzos se centrarían en minimizar su impacto.
"Es probable que dólar y yen se vean beneficiados por la demanda de ‘refugios seguros’, pero la divisa estadounidense depende mucho más de lo que haga y/o diga la Reserva Federal (Fed)", afirman. Asimismo, consideran que "incluso dentro de los activos del propio país no habrá claros ganadores o perdedores. Una libra más débil favorecerá a los valores exportadores, mientras que las expectativas de un periodo de bajos tipos deberían apoyar a la deuda soberana".
Con todo, reconocen que los impactos negativos a largo plazo se sentirán más en la UE, pues Reino Unido "podría beneficiarse de la demanda de ‘refugios seguros’ en un horizonte temporal más amplio, así como frente a los problemas aún mayores del resto de Europa".