Los resultados más esperados por el mercado eran los de la mayor empresa estatal de Latinoamérica. Petrobras, tras varios meses de retrasos y polémicas, ha anunciado que la compañía ha acumulado un agujero de 2.000 millones de dólares provocado por la corrupción. Aún así, en la multitudinaria rueda de prensa que celebró la compañía, Aldemir […]
Dirigentes Digital
| 24 abr 2015
Los resultados más esperados por el mercado eran los de la mayor empresa estatal de Latinoamérica. Petrobras, tras varios meses de retrasos y polémicas, ha anunciado que la compañía ha acumulado un agujero de 2.000 millones de dólares provocado por la corrupción.
Aún así, en la multitudinaria rueda de prensa que celebró la compañía, Aldemir Bendine, nuevo presidente de Petrobras y anterior director del Banco Central de Brasil señaló que "estamos pasando a limpio los errores para poder encarar los mercados".
El "oro negro" corrupto
La policía de Brasil investigada desde el mes de marzo la trama de corrupción que ha afectado a Petrobras en los últimos años.
La corrupción en la mayor empresa pública de Brasil salpicó de lleno en la campaña cuando se conoció que varias constructoras socias de Petrobras pagaban un 3% de sus contratos a una red para sobornar a políticos. Además, la polémica se agudizó cuando el ex director de Abastecimiento de Petrobras, Paulo Roberto Costa (que ejerció el cargo desde 2004 hasta 2012) reconocía una red de corrupción que cobraba comisiones sobre contratos de la compañía.
Costa, que fue arrestado en 2013 y actualmente se encuentra en prisión mientras es investigado por esta trama, señaló a varios miembros del Partido de los Trabajadores.
El último capítulo se dio a mediados de enero cuando el ex director del área internacional, Nestor Cerveró, fue arrestado en Río de Janeiro por su presunta implicación en la operación Lava Jato.
Cerveró dirigió el área internacional de Petrobras entre en 2003 y 2008 y se le considera uno de los responsables de la polémica compra en 2006 de una refinería en Pasadena, Estados Unidos. Esta operación generó un agujero económico de 792 millones de dólares a la petrolera brasileña por lo que siempre ha estado en entredicho.
Aunque Petrobras la compró por 360 millones de dólares, Astra se había hecho con ella por poco más de 42 millones sólo un año antes. La presidenta brasileña Dilma Rousseff, que en esa época era presidenta del Consejo de Administración de la compañía, también se vio envuelta en la polémica.
Ahora también hay que sumar la detención de Joao Vaccari, tesorero del Partido de los Trabajadores, acusado de recibir sobornos para financiar campañas electorales. Esta detención ha sido un duro mazazo para el partido de Dilma Rousseff ya que Joao milita en el partido desde hace 25 años.