Entrevista con Ivo Cadenas, Chief Revenue Officer (CRO) en Evveland Metaverse y CEO de AMERICA eCONSULTING, sobre la importancia de la tokenización.
Patricia Malagón
| 02 jul 2024
La tokenización, el blockchain y la IA son las dos tecnologías más disruptivas en estos momentos y se presentan como transformadores del mundo financiero conocido hasta ahora. De ello hablamos con Ivo Cadenas, Chief Revenue Officer (CRO) en Evveland Metaverse y CEO de AMERICA eCONSULTING.
La IA y el blockchain son las dos tecnologías que resultan más transformadoras para los mercados financieros, ¿qué impacto real crees que pueden tener?
Cuando hablamos de blockchain resulta ineludible mencionar a Bitcoin, la tercera divisa del mundo con 1,2 trillones de dólares de market cap y ahora de moda gracias al halving y la aprobación de los ETFs en USA, donde han batido el récord en bolsa de los últimos 30 años.
Jamás un ETF, ni de acciones ni de materias primas, consiguió levantar tanto dinero en tan poco tiempo. 50 billones de dólares invertidos en Bitcoin, atesoran Grayscale, BlackRock y Fidelity.
Pero más allá del fenómeno Bitcoin, la tecnología Blockchain tiene muchas aplicaciones en el mundo financiero. Por ejemplo, hacer pagos internacionales más rápidos y baratos, o las plataformas para préstamos y créditos entre particulares, de forma segura.
Y llegamos a mi caso de uso favorito: la tokenización de activos del mundo real (conocido como RWA), que abrirá un abanico de posibilidades financieras en muchos sectores tradicionales, con un mercado potencial de trillones de dólares. Por eso creo que la RWA será el boom en los próximos años.
Si a eso le sumamos que la RWA tiene lugar casi exclusivamente sobre el ecosistema Ethereum y que la SEC acaba de aprobar los ETFs en Ethereum, pues el cocktail está servido.
Respecto a la IA, las actuales variantes predictivas son capaces de procesar big data con mayor velocidad y precisión, de modo que pueden identificar patrones, anomalías y tendencias.
Esto se traduce en una mayor capacidad para detectar fraudes, algo clave en el sector financiero porque puede evitar pérdidas millonarias.
Pero también permite anticiparse a tus competidores en la toma de decisiones, donde una pequeña ventaja (apenas minutos, según el producto) puede resultar bastante rentable.
Además, gracias a la IA, los asesores financieros o gestores de activos pueden ofrecer servicios más personalizados y construir portfolios dinámicos.
Finalmente, la sinergia entre ambas tecnologías dará mucho juego. Blockchain aporta esa capa de transparencia y seguridad que la IA necesita para no caer en sesgos o manipulaciones. La concentración de la data en unos pocos players de IA puede resultar muy peligroso, por lo que la descentralización es más necesaria que nunca.
Por el lado de la tokenización, hemos visto como gestoras como BlackRock han sacado el primer fondo tokenizado, ¿qué supone esto para la industria de la gestión de activos?
En efecto, el lanzamiento de BUIDL por parte de BlackRock (el mayor gestor de activos del mundo) con la ayuda de Securitize (una fintech liderada por el español Carlos Domingo) muestra claramente el camino. Por si algún despistado aún no se ha enterado, la tokenización es la gran revolución de nuestra era.
Silenciosa, pero imparable. Porque afecta a todos los sectores, con múltiples aplicaciones. La RWA transformará sectores tradicionales como el inmobiliario, sanidad, entretenimiento y, por supuesto, el financiero.
De hecho, el mercado tokenizado de bonos del Tesoro americano se multiplicó por 13 en este último año, gracias a la llegada de BlackRock, pero también a Franklin Templeton y Ondo Finance, el auténtico pionero en este campo. Y esto es solo el principio.
La tokenización permite diversificar aún más tu portfolio de inversión y construir estrategias más flexibles, capaces de moverse ágilmente hacia los productos y mercados más rentables en cada momento, pues puedes combinar activos tradicionales y criptoactivos de manera óptima, sobre todo si añades una capa de IA.
¿Qué beneficios tiene para un inversor entrar en un fondo tokenizado frente a uno normal?
En principio, este tipo de fondos ofrece mayor liquidez, transparencia y escalabilidad. Liquidez porque además de listarse en bolsa o invertir vía broker, los tokens pueden comercializarse en mercados secundarios propios del ecosistema cripto.
Transparencia gracias a la tecnología blockchain y su trazabilidad, pues todas las transacciones quedan registradas y hay menor riesgo de fraude.
Finalmente, los fondos tokenizados tienen un menor coste de implantación y gestión, así como una mayor facilidad de distribución, lo que redunda en menores comisiones de servicio, apenas 0.15% en administración y habitualmente sin comisión a éxito.
Dicho esto, el mercado cripto es de trillones de dólares y muchos inversores institucionales desean tener exposición a estos activos. Antes de la pandemia, su objetivo era invertir en criptoactivos un 2% de la cartera. Ahora, y sobre todo gracias a los ETFs de Bitcoin, el objetivo ha subido a un 4% actual.
Pero si quieren diversificar su cartera y tener exposición a cripto, necesitan pasar un compliance. Eso incluye depositario, custodio, auditor, código ISIN, listado en Bloomberg y bolsas, brokers, market makers, etc. Y para ello, la única manera es un ETF, ETP u otro vehículo regulado similar.
Por su parte, el inversor retail no tenía acceso a este tipo de fondos, complejos, caros o directamente prohibidos para ellos. Sin embargo, ahora pueden invertir junto a grandes inversores institucionales, con la misma seguridad y a un coste muy razonable.
¿Crees que veremos tokenización en otros productos como las acciones o la renta fija?
Estoy convencido. De hecho, Ondo Finance y Blackrock ya están tokenizando renta fija, en este caso, bonos del tesoro americano. Entiendo que igual podrían tokenizarse otros securities, como las acciones.
Además, mientras los bonos son activos de muy poca rentabilidad, alrededor del 5%, en las acciones puedes ofrecer rentabilidades más altas, a costa claro de su mayor volatilidad.
Como hemos mencionado, las ventajas para los inversores son significativas en términos de liquidez, transparencia y accesibilidad. Ya existen diferentes iniciativas, por ejemplo en la bolsa alemana Deutsche Borse.
En definitiva, pronto podremos construir carteras muy diversificadas, según diferentes perfiles de riesgo, combinando activos de una y otra naturaleza, tanto cripto como tradicionales.
Por el lado de la IA, ¿tiene capacidad para transformar realmente la gestión de activos y cómo podría hacerlo?
Desde luego, la IA tiene un enorme potencial en muchos campos y la inversión es uno de ellos, pues estamos manejando grandes volúmenes de datos en tiempo real. La IA es el ojo que todo lo ve, gracias a su capacidad para encontrar patrones que al humano se nos escapa.
Más aún, la actual IA predictiva también está dotada de cierta clarividencia, pues puede anticipar comportamientos a partir de esos patrones identificados. Esto permite tomar decisiones con mayor tasa de acierto y adelantarse a nuestros competidores. En ese sentido, la plataforma Aladdin de BlackRock utiliza algoritmos de IA para mejorar la gestión de sus activos.
Obviamente, la IA permite automatizar procesos complejos en la gestión de activos, pero también ofrecer un trato personalizado al cliente, acorde a sus preferencias. Todo ello a un coste muy inferior al de un asesor humano.
Por eso, en USA, más del 60% de inversores criptos han usado o están dispuestos a usar un robo-advisor. Y aquí debemos mencionar al líder del mercado, el reconocido Betterment.
¿Quiénes pueden ser los grandes ganadores de esta transformación en el sector financiero?
En primer lugar tenemos a los grandes players, que no quieren quedarse atrás y están liderando esta transformación hacia la economía 3.0. Aquí encontramos a los gestores de activos, liderados por la tríada BlackRock, Grayscale y Fidelity. Echamos de menos a Vanguard, el único gigante contrario a la inversión en criptoactivos.
Para compensar, tenemos a bancos muy conservadores, como JP Morgan, experimentando con su propia criptomoneda JPM Coin y sus inversiones en IA.
En paralelo, los grandes gigantes tecnológicos están tomando posiciones como prestadores de servicios para IA y blockchain. De momento, Google y Microsoft son los que más están apostando, ya sea mediante desarrollos propios o invirtiendo en startups emergentes.
Caso aparte es el de Nvidia, fabricante de tarjetas gráficas que son usadas en IA, lo cual ha disparado su cotización bursátil hasta convertirse en una de las mayores empresas del mundo, por encima de Alphabet (Google) o Amazon.
De hecho, como referencia, recordemos que en 2023 los VCs han invertido más de 20 billones de dólares en IA, así como 4 billones en empresas del ecosistema blockchain, que se suman a lo ya invertido en esta tecnología en los últimos 5 años.
Esto nos da una idea del tremendo potencial de crecimiento que tienen estas innovaciones, pero también de la lucha encarnizada por repartirse el pastel. Y como dato curioso, Europa apenas capitaliza el 7% de esa inversión, por un 80% de USA y China. Evidentemente, esto supone un tremendo lastre para nuestra competitividad, según reconoce el propio Banco Europeo de Inversiones (EIB).
Fuera de esta super liga, nos encontramos a grandes empresas, con un sólido recorrido a sus espaldas, pero nativas web3. Es el caso de Securitize, reforzada tras el lanzamiento del fondo tokenizado BUIDL con BlackRock. Otros actores con bastante protagonismo son Ripple con XRP, los exchanges de criptomonedas Coinbase y Binance, el oráculo Chainlink, clave para la tokenización RWA, así como Open-AI y Anthropic, en el campo de la IA.
Por último, encontramos a pequeñas startups, nativas del ecosistema Web3, altamente especializadas, ya sea por desarrollos tecnológicos o por modelos de negocio. Sin embargo, resulta arriesgado aventurarse a saber cúales sobrevivirán, cúales serán adquiridas por los gigantes y cúales desaparecerán por el camino.
En realidad, hay un cuarto elemento que se beneficiará de esta transformación. Los inversores retail, pues estas nuevas tecnologías están reduciendo las barreras de entrada y democratizando el acceso a la inversión.