Brasil y México son dos países con un gran peso en la economía de la región latinoamericana. Tanto es así que el Banco de España cree que los respectivos virajes que han llevado a cabo los dos gobiernos entrantes pueden tener “potenciales efectos sobre toda la región” si sus políticas tienen éxito o si fracasan. […]
InternacionalDirigentes Digital
| 14 may 2019
Brasil y México son dos países con un gran peso en la economía de la región latinoamericana. Tanto es así que el Banco de España cree que los respectivos virajes que han llevado a cabo los dos gobiernos entrantes pueden tener “potenciales efectos sobre toda la región” si sus políticas tienen éxito o si fracasan. De hecho, desde el supervisor califican como “profundos” los cambios que han supuesto los nuevos gobiernos con respecto a los anteriores.
En el caso de Brasil, el nuevo presidente Jair Bolsonaro se ha enfocado a liberalizar la economía. Según apunta el Banco de España en su último informe, la mayor vulnerabilidad del país amazónico es su déficit y la deuda. De hecho, en los últimos cinco años la deuda en comparación con el PIB se ha elevado 26 puntos, hasta el 77%, debido al alto déficit público y al reducido crecimiento económico.
Para afrontar ese y otros desafíos, Bolsonaro y su gobierno impulsaron una reforma del sistema de pensiones para aumentar la edad de jubilación, reducir las pensiones por invalidez y viudedad o control del fraude, entre otras medidas. Esas reformas supondrían un ahorro del 15% del PIB en 10 años, reducir la deuda pública al 75% del PIB en 2030 y elevar un punto porcentual el crecimiento del PIB.
El organismo supervisor español explica que para que el nuevo gobierno brasileño lleve adelante los cambios necesita consensos amplios, tanto en el espectro empresarial como en el político. De ese modo, los cambios ambiciosos que Bolsonaro se ha propuesto podrían quedar en una “versión atenuada”.
López Obrador promete “crecimiento inclusivo”
Las ambiciones tienen otro matiz en el caso del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador. Gobierna el país azteca desde julio de 2018 y desde ese momento se planteó tres ejes: promover un crecimiento “inclusivo y sostenible” con la mejora de las infraestructuras y el aumento de la producción de petróleo; reducir la desigualdad; y mejorar el funcionamiento de las instituciones, así como combatir la criminalidad y la corrupción.
El sector de la energía es el que mantiene una mayor incertidumbre. Según el Banco de España, el aumento del presupuesto para la producción de petróleo “no aborda los problemas estructurales”. Además, se han suspendido subastas de proyectos de exploración de petróleo y gas para que el gobierno investigue los contratos otorgados. Según el supervisor español, estas medidas restringen la inversión extranjera.
El texto del Banco de España examina la subida del salario mínimo un 16% este año y un 100% en zonas fronterizas con Estados Unidos. Esta propuesta, junto con la de restringir comisiones bancarias causó una caída del 6% en la bolsa mexicana en noviembre. No obstante, las revisiones posteriores del plan ha alcanzado consenso.
Otra de las vulnerabilidades que se citan en el análisis es la de las consultas públicas que realiza el gobierno mexicano. Se alude a la que provocó la cancelación del proyecto de un nuevo aeropuerto en Ciudad de México, en la que participó un 1% de la población. Estas consultas provocan, según el Banco de España, “aumento de la volatilidad” e “incertidumbre financiera”.
En resumen, el organismo español mantiene las dudas sobre si el gobierno brasileño conseguirá aprobar las reformas anunciadas, que en todo caso tendrán “un elevado coste político”. En el caso de México, advierte de que algunas de las medidas suponen “una involución” con respecto a las directrices marcadas por el gobierno anterior, y alerta de que “podrían tener efectos negativos sobre el crecimiento potencial”.