Cuando Mark Zuckerberg anunció, en 2021, el nombre con el que embarcaría en su más reciente plan de inversiones –Meta– todo el sector del entretenimiento tecnológico tuvo la impresión de estar cruzando un portal hacia una nueva dimensión de realidad. Con el dinero de Facebook ahora aplicado al concepto, el ecosistema de empresas de tecnología, […]
Cuando Mark Zuckerberg anunció, en 2021, el nombre con el que embarcaría en su más reciente plan de inversiones –Meta– todo el sector del entretenimiento tecnológico tuvo la impresión de estar cruzando un portal hacia una nueva dimensión de realidad.
Con el dinero de Facebook ahora aplicado al concepto, el ecosistema de empresas de tecnología, entretenimiento y medios sociales pasó a enfocarse en diversas plataformas, algunas con décadas, para ganar posiciones. Y eso también está ocurriendo en Latam.
Juegos y negocios
Aunque inicialmente el metaverso fue asociado con el mundo de los games, hoy son varios los sectores, sobre todo financieros, inmobiliarios y de consumo, que están dando los pasos más visibles en el desarrollo de esta nueva “realidad paralela”.
Brasil, Argentina, Chile, Colombia y México son algunos de los países que ya tienen experiencias en desarrollo y otras de pleno éxito, además de sociedades locales con la empresa de Zuckerberg, claro, pero también con Microsoft (Blizzard), Disney, Nike, Roblox, Nvidia y Unity.
Más de 13.000 personas en México ya tienen alguna inversión en metaverso y cerca de un 64% de esos inversionistas tienen entre 18 y 24 años, apunta un reporte de enero de Expansión, grupo de medios y contenidos de este país, que muestra el perfil de financiación de estas nuevas empresas.
Bancos brasileños
Zro Bank e Itaú son las empresas de más reciente ingreso al metaverso brasileño, la primera con un modelo de trabajo para la pospandemia en el que sus colaboradores acuden a trabajar en forma de avatares (Ver Dirigentes impresa de enero).
En el caso de Itaú, el banco privado más importante de Brasil, fue una acción originalmente pensada para el mundo “real” (los seguidores publicaban en Instagram y Tik Tok palabras para definir el año 2022). La campaña ahora va también para Cidade Alta, servidor de RolePlay de la plataforma de juegos Outplay.
Un terreno en el aire
Ciudades, atracciones, tiendas y servicios son los principales destinos del dinero, en forma de criptoactivos, que impulsa la edificación de estas realidades “metaversas”. Hay una reminiscencia de Second Life, un ensayo de que no pasó de los años 2010 a pesar de los grandes números y vastas extensiones que llegó a tener.
Como en aquella experiencia, el negocio inmobiliario es una de las vertientes más vistosas, tanto por las posibilidades de desarrollo creativo como por los volúmenes de las transacciones. En Decentraland, por ejemplo, se están vendiendo “terrenos” por valores equivalentes a cerca de un millón de dólares.
Tal ha sido la compra que, según DappRadar, un sitio web especializado en ventas de NFT, realizó, en junio de 2021, el fondo de inversión en bienes raíces digitales Republic Realm, al efectivar la compra de terrenos en la modalidad no fungible.
Criptos y millonarios
Los números han convertido a los emprendedores argentinos Ari Meilich y Esteban Ordano en los dos millonarios más destacados de este país en el metaverso, con una empresa valuada en 7.000 millones de dólares, según estima el sitio Inversor Global.
La similaridad del hype (entusiasmo) con otras experiencias que no prosperaron -y sobre todo el “efecto burbuja” tecnológico- impregna de cautela a muchos inversores aún. Pero vale también observar que, hasta no hace mucho, las propias billeteras digitales causaban escepticismo.
Con la realidad que impuso la pandemia, la oficina remota, la vida social en redes y diversas formas de consumo y entretenimiento han llegado para instalarse. Esa digitalización, tanto pura como en modalidades híbridas, es también uno de los pilares de la nueva fase del metaverso global.