Conceptos como el coworking están cada vez más integrados en nuestro día a día. La práctica de compartir espacio para trabajar, tener reuniones, impulsar ideas y fomentar la innovación y la creación conjunta comenzó en Estados Unidos y desde hace unos años amplió horizontes hasta alcanzar Europa y, concretamente, España. 

Principalmente, asociamos este término al ámbito laboral. Sin embargo, ha dado el salto hasta los fogones de los chefs bajo el nombre de co-coking. 

Foodlab es el primer proyecto destinado a la gastronomía creado por la startup europea dedicada a la creación de espacios compartidos y colaborativos de vivienda y trabajo, Urban Campus. En este espacio ubicado en Madrid, los emprendedores y empresarios del sector de la cocina podrán dar rienda suelta a su imaginación, crear, testear y poner en marcha su negocio sin tener que realizar una gran inversión inicial en electrodomésticos o utensilios, por ejemplo. 

Foodlab se trata de una herramienta “a nivel de infraestructura que mejora la productividad del emprendedor” porque en el mismo emplazamiento puede tener su empresa y una cocina completamente equipada.

Otra de las posibilidades que ofrece este espacio es el networking, para poder compartir ideas y conocer a otros profesionales del mismo sector. Además, Foodlab permite realizar actividades como showcooking y degustaciones o eventos para dar a conocer un negocio. Es más, muchos de los chefs distribuyen sus elaboraciones a diario a través de plataformas de delivery.

Esta tendencia de compartir cocina ha sido la responsable de creaciones como chocolate artesanal, platos veganos, alitas de pollo de distintos sabores o comida saludable y sostenible. 

“Con Foodlab ponemos a disposición de los emprendedores todas las herramientas para que puedan lograr su sueño. Hemos desarrollado una comunidad que se apoya, que suma y que aporta. El futuro del emprendimiento se basa en la empatía y nosotros hemos querido contribuir en ello”, destaca el cofundador y CEO de Urban Campus, John van Oost.