Reuters adelanta que las dos mayores economías del mundo habrían comenzado a esbozar un acuerdo que termine con siete meses de Guerra Comercial. Los análisis de empresas, gobiernos, organizaciones supranacionales y todo topo de instituciones han coincidido: la Guerra Comercial ha tenido como daño colateral una ralentización del crecimiento mundial. Los aranceles que Estados Unidos […]
NacionalDirigentes Digital
| 21 feb 2019
Reuters adelanta que las dos mayores economías del mundo habrían comenzado a esbozar un acuerdo que termine con siete meses de Guerra Comercial.
Los análisis de empresas, gobiernos, organizaciones supranacionales y todo topo de instituciones han coincidido: la Guerra Comercial ha tenido como daño colateral una ralentización del crecimiento mundial. Los aranceles que Estados Unidos ha impuesto a los productos y servicios procedentes de otros países, sobre todo de China, han mantenido en suspense a dirigentes de todo el mundo.
A unos días de que concluya la tregua de noventa días que firmaron los dirigentes Donald Trump y Xi Jinping, empieza a augurarse el fin de las hostilidades arancelarias. Según apunta Reuters en exclusiva, los dos países han empezado a esbozar compromisos, según fuentes cercanas a las negociaciones.
Las dos partes llevan reunidas en Pekín desde comienzos de semana, tratando de finalizar con una situación que afecta a miles de millones de dólares de exportaciones. Conforme a la información de Reuters, el acuerdo está empezando a surgir de las conversaciones, sin perder de vista el plazo en el que concluye la tregua este uno de marzo.
Los negociadores están elaborando seis memorandos de entendimiento sobre temas estructurales: transferencia forzada de tecnología y robo cibernético, derechos de propiedad intelectual, servicios, moneda, agricultura y barreras no arancelarias al comercio, según dos fuentes familiarizadas con el progreso de las conversaciones.
El proceso se ha convertido en una verdadera negociación comercial, dijo la fuente, tanto que al final de la semana los participantes consideraron quedarse en Beijing para seguir trabajando. En cambio, acordaron tomarse unos días de descanso y volver a reunirse en Washington.