La concienciación sobre el cuidado del medio ambiente también ha llegado a la moda. Y no es para menos. Se requieren unos 7.500 litros de agua para confeccionar unos jeans, el equivalente a la cantidad que bebe una persona de media en siete años, según datos ofrecidos por la Conferencia de la ONU sobre Comercio […]
NacionalDirigentes Digital
| 01 jul 2019
La concienciación sobre el cuidado del medio ambiente también ha llegado a la moda. Y no es para menos. Se requieren unos 7.500 litros de agua para confeccionar unos jeans, el equivalente a la cantidad que bebe una persona de media en siete años, según datos ofrecidos por la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD). Por su parte, el sector del vestido usa 93.000 millones de metros cúbicos de agua cada año, una cantidad suficiente para que sobrevivan 5 millones de personas.
Esto son varios ejemplos de lo que llamamos ‘moda rápida’, un modelo que alienta a comprar y desechar ropa frecuentemente y que, como consecuencia, lleva a una producción masiva de ropa sin tener en cuenta el impacto ambiental que lleva consigo. ¿La respuesta a ello? El compromiso con la moda circular.
Cada vez son más los productores y consumidores que están comprometidos con una moda sostenible. Por ejemplo, la cadena H&M ha adoptado un esquema de recolección de ropa. Por su parte, la fabricante de jeans Guess forma parte de un programa de reciclaje de guardarropa; mientras que la empresa Patagonia produce chaquetas de poliéster obtenido de botellas recicladas.
El camino hacia la sustentabilidad es para muchos inevitable. Y es que la moda llega a producir más emisiones de carbono que todos los vuelos y envíos marítimos internacionales juntos, con las consecuencias que ello tiene en el cambio climático y el calentamiento global.
En este línea se encuentra también Fashion for Good, una plataforma que se encarga de la innovación sostenible en la moda. Se trata de una unión de productores, vendedores, proveedores, organizaciones sin ánimo de lucro, innovadores y financiadores que persiguen el objetivo común de una moda buena y sostenible. Dentro de ello se enmarca la firma de moda C&A, que da pasos agigantados en la industria para darle una nueva vida a la ropa.
“La industria de la moda debe abrazar la economía circular, comenzando con el diseño de productos que puedan tener una segunda vida, protegiendo los ecosistemas y proporcionando un trabajo digno a las personas. En eso consiste la moda circular: crear ropa pensando en su próxima vida con el objetivo de que la moda tenga un impacto positivo en nuestro planeta y las futuras generaciones”, explica a DIRIGENTES Domingos Esteves, CEO de C&A.
Las camisetas y jeans Cradle to Cradle nivel ORO sirven como abono. Las prendas que llevan dicha acreditación son superiores a las normales, ya que son orgánicas, solidarias y respetuosas con la naturaleza. C&A fue la primera cadena de moda del mundo en producir y vender prendas con el Certificado Cradle to Cradle nivel ORO, que acredita que las prendas han sido elaboradas con algodón 100% ecológico. Un certificado conforme al estándar Global Organic Textile, que utiliza materiales, químicos seguros y biodegradables de forma social y medioambientalmente responsable. Las camisetas y jeans con certificación Cradle to Cradle nivel oro, además de ser totalmente sostenibles en su producción, pueden ser devueltas al ciclo de la vida y servir de abono para las plantas.
Este escenario se traduce en todo un cambio de modelo, tal y como cuenta Esteves: ” El cambio que aportamos con nuestra visión se basa en dos vertientes: garantizar que las personas que participan en la fabricación de nuestras prendas estén seguras y sean tratadas de forma justa y digna, a la vez que impulsamos entornos limpios y comunidades prósperas y sanas. En el caso del algodón orgánico, por ejemplo, dichos métodos de cultivo no dañan tanto la salud de los agricultores y mejoran el impacto ambiental. Para ayudar a los agricultores a pasarse al cultivo orgánico, C&A Foundation financia a organizaciones especializadas que ofrecen desinteresadamente formación y apoyo a futuros productores orgánicos”.
La cuestión está en la combinación de tecnología y ética. Diseño, nuevos tipos de calzado, procesos de teñido, tejidos… Todo ello se fusiona con la intención de perjudicar lo menos posible nuestro entorno.