Desde que la crisis provocada por la Covid apareciera en marzo de 2020, causando pérdidas inasumibles para un cuantioso número de negocios de toda índole, las prórrogas concedidas por el Gobierno se han ido sucediendo. La actual cumple su periodo el último día del año pero el Consejo de Ministros celebrado el 21 de diciembre […]
NacionalDirigentes Digital
| 21 dic 2021
Desde que la crisis provocada por la Covid apareciera en marzo de 2020, causando pérdidas inasumibles para un cuantioso número de negocios de toda índole, las prórrogas concedidas por el Gobierno se han ido sucediendo. La actual cumple su periodo el último día del año pero el Consejo de Ministros celebrado el 21 de diciembre ha aprobado la Reforma Reforma de Ley Concursal, ampliando su periodo hasta el 30 de junio del año que viene.
Esta ha sido una medida que ha permitido a cientos de empresas declaradas insolventes continuar con su actividad sin tener que solicitar concurso de acreedores, una amenaza que acecha desde hace casi dos años es inminente. Sin embargo, es cuando venza el último plazo de moratoria cuando se prevé una cantidad inasumible de declaraciones de insolvencia.
Los expertos alertan de que esta nueva prórroga podría suponer un fuerte riesgo al tejido empresarial a causa de aquellas empresas que ya están muertas y que estarían privando a otras viables de la asignación de recursos. El nuevo aplazamiento estaría siendo un arma de doble filo ya que estaría sirviendo de impulso a negocios sanos que se pudieran acoger a unas nuevas líneas de financiación pero estaría decelerando el crecimiento y recuperación de los acreedores.
Se cree que, lejos de estar ayudando se estaría alentando a una empresa en situación extrema a continuar agravando un estado que debería haber terminado hace tiempo. Además, hay que recordar que la moratoria no te sanciona por incumplir los plazos de los pagos, pero sí por aumentar la insolvencia del negocio.
Es en este ámbito donde se acuña el término “empresas zombies” haciendo referencia a todos aquellos negocios que, beneficiándose de las sucesivas prórrogas y moratorias concursales, mantienen su sociedad a pesar de estar sumidos en una crisis insalvable.
Alargar un proceso un proceso de estas características, no solo está perjudicando a las empresas en las que directamente incide, sino también en aquellas con las que realizan transacciones y operan. Se crea de este modo una realidad ficticia en la que las “empresas zombies” que eluden ese procedimiento concursal no cumplen con sus obligaciones ante el cliente al no contar con la suficiente solvencia, provocando así un efecto dominó con sociedades saneadas.
Tan solo en el pasado abril, nuestro país ya contaba con una horda de 40.000 sociedades de este tipo, según la consultora Informa D&B. Si a ello añadimos que se estima que 1,9 millones de empresas realmente no cuenten con ninguna actividad, estaríamos hablando de una situación preocupante en el tejido empresarial.
Afrontar una situación delicada desde el punto de vista de la empresa siempre es delicado. Estudiar la situación y tener en cuenta que seis meses más deben ser considerados un periodo en los que reestructurarse, es clave.
El equipo de Abencys alerta que, con esta última prórroga aprobada el 21 de diciembre, en vez de mejorar el proceso concursal, “podría empeorar la efectividad del proceso, perjudicando en definitiva a aquellas empresas que se encuentren afectadas por situaciones concursales de sus clientes”.
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