Lo que para unos asuntos es un obstáculo, para otros es una bendición. Prácticamente toda Europa depende de proveedores de gas natural que se encuentran fuera de sus fronteras pero, a diferencia de sus socios europeos, los países mediterráneos se proveen de este hidrocarburo del norte de África y no de Rusia, que finalmente ha […]
NacionalDirigentes Digital
| 25 feb 2022
Lo que para unos asuntos es un obstáculo, para otros es una bendición. Prácticamente toda Europa depende de proveedores de gas natural que se encuentran fuera de sus fronteras pero, a diferencia de sus socios europeos, los países mediterráneos se proveen de este hidrocarburo del norte de África y no de Rusia, que finalmente ha invadido Ucrania.
El 42,8% del gas natural que importa España procede de Argelia, mientras que de Nigeria llega el 11,5%. Con estos dos principales proveedores y otros como Angola, Egipto o Guinea Ecuatorial, España consigue casi el 60% del gas natural del continente africano.
De hecho, las rutas que sigue el gas siguen dos claros ejes norte-sur y sur-norte, es decir, desde el norte de Europa hasta el centro y sur; y desde el norte de África hasta la Europa mediterránea. Eso implica que el suministro de este hidrocarburo está garantizado, tal y como aseguraba la semana pasada Enagás.
“España tiene garantizado el suministro de gas natural de los próximos meses y continúa implementando todas las medidas preventivas posibles”, decía la compañía en un comunicado. Pero eso no significa que España sea inmune al conflicto que se está desarrollando en el noreste del continente. El 9% del gas natural que llega a España viene de Rusia.
Y además, el encarecimiento que ya se está registrando en este producto afectará indirectamente al país, dado que es de esperar que los exportadores europeos de otros bienes y servicios repercutan ese efecto en las exportaciones con destino en España.
En ese sentido, tanto Enagás como otros actores internacionales descartan que pueda haber una interrupción del suministro, pero sí una escalada de precios. De hecho, el Ministerio de Transición Ecológica, en colaboración con Enagás, ya han puesto en marcha medidas de emergencia para garantizar la llegada de gas natural a España.
Por un lado, hay que tener en cuenta que una parte importante de este hidrocarburo llega a España en barco y no solo por el gasoducto del Medgaz. Dicho gasoducto sirve para transportar el gas directamente desde Argelia y la empresa gasista asegura que el país “está cumpliendo con todos sus compromisos de aprovisionamiento de gas natural a España”.
Por otra parte, España cubre el suministro energético con decenas de barcos. En concreto, en febrero se programó la llegada de 27 barcos de gas natural licuado (GNL). Para el mes siguiente, se ha programado el suministro de otros 29, a los que se han sumado 4 más de forma extraordinaria y como medida preventiva. Enagás afirma incluso que este gas podrá usarse tanto para consumo como para exportar.
En este momento, España cuenta con una capacidad contratada superior a los inviernos anteriores y, a su vez, experimenta “una situación mejor que la de otros países del entorno”. Se espera que con las reservas actuales y la cantidad ya contratada no haya problemas de suministro en los próximos meses. No obstante, España permanecerá atenta a nuevos slots para ponerlos a disposición del mercado.
A diferencia de España, países como Alemania, Polonia, Austria, el norte de Italia y gran parte de la Europa Balcánica dependen mayoritariamente del gas ruso y de los gasoductos que lo transportan. Sin ir más lejos, el segundo gasoducto que iba a conectar Rusia y el norte de Alemania por mar ha quedado paralizado. Se esperaba que este nuevo conducto duplicara el suministro de gas de Rusia a Europa.
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