Lo mejor de las previsiones negativas es que, a veces, no se cumplen. Es el consuelo que nos queda al ver las nuevas estimaciones que ya están sobre la mesa para el discurrir de la economía española, tanto en el presente, como en el próximo ejercicio. De momento ha caído como jarro de agua fría […]
NacionalDirigentes Digital
| 21 sep 2022
Lo mejor de las previsiones negativas es que, a veces, no se cumplen. Es el consuelo que nos queda al ver las nuevas estimaciones que ya están sobre la mesa para el discurrir de la economía española, tanto en el presente, como en el próximo ejercicio.
De momento ha caído como jarro de agua fría la visión del Panel de Funcas, de la Fundación de las Cajas de Ahorros, que recoge una caída de seis décimas en el crecimiento español del próximo ejercicio. Hablamos de un incremento del PIB que se mantiene para este año, pero que recorta de forma profunda en el que viene. Las dudas, entre los bancos internacionales, persisten entre si se producirá una recesión o no en nuestro país.
Desde el consenso que recoge Funcas, en su habitual Panel en el que consulta a 18 servicios de estudios de los más importantes de nuestro país e incluye su opinión, se deduce que en 2022 no habrá variaciones frente a lo previsto, con una media de crecimiento del 4,2%. Eso sí, destaca la fuerte caída trimestral, entre julio y septiembre, con apenas la mejora de una décima en el PIB, e incluso negativo, del 0,2%, en el cuarto trimestre del ejercicio.
Un frenazo económico que toma vigor en 2023, cuando espera que la economía española solo crezca a un ritmo del 1,9% frente al 2,5% que antes pronosticaban. El contexto macroeconómico global, dominado por una altísima inflación, marca una reversión del consumo privado y de la inversión, que crecerán en menor medida al año que viene en nuestro país. Solo observan una clara mejora, que roza el punto porcentual, para el consumo público en sus estimaciones.
Habrá recorte, aunque muy leve, del paro que se espera alcance en 2023 al 13% de la población activa, con reducción del déficit público en el presente y también en el próximo ejercicio, que además será progresiva hasta bajar al 4,6% del PIB en 2023.
La uniformidad no es, ni mucho menos, la tónica que se desprende de las previsiones que, para España, manejan los bancos internacionales, con lo que tenemos diversidad en su visión sobre el desempeño económico de nuestro país.
Desde Bank of America consideran que en 2022 creceremos más, un 4,4%. Pero hasta ahí llega lo bueno, porque su estimación para España en 2023 refleja un crecimiento de tan solo un 0,7% por el efecto pernicioso que provoca la crisis energética. Aunque consideran que podremos evitar una recesión técnica, es decir, dos trimestres consecutivos con crecimiento negativo.
Ya desde Barclays son incluso más pesimistas para el año próximo. Aunque para este ejercicio proyectan desde el banco británico que la economía española acelere su crecimiento hasta el 4,5%, en 2023 auguran un PIB negativo de medio punto, con entrada directa en recesión.
En el caso de BNP Paribas, su visión de España pasa también por la llegada de una recesión, pero será, dicen desde la entidad francesa, más que limitada. De dos trimestres, el mínimo técnico que se requiere para contabilizarla, el cuarto de este año y el primero del que viene, aunque esperan que en 2023 el crecimiento sea muy reducido, de apenas medio punto, pero positivo. Así cerrará, según sus estimaciones 2022 con un PIB del 4,3%.
Más allá de que se cumplan o no las previsiones, también nos encontramos con los ajustes posteriores, porque acabamos de conocer que en 2021 crecimos en España más de lo que creíamos: un 5,5% frente al 5,1% que se estimaba inicialmente. Todo lo contrario que en 2020, donde el PIB negativo alcanzó más de lo esperado: un 11,3% frente al 10,8% que se había publicado, en esta última revisión de Estadística.