La fecha de vuelta a la normalidad aún no está marcada en el calendario. Quedan un par de meses por delante para retornar a una realidad en la que nada será igual. La pandemia va a marcar un antes y un después tanto en las relaciones sociales como en las laborales y las organizaciones han […]
PYMESDirigentes Digital
| 17 abr 2020
La fecha de vuelta a la normalidad aún no está marcada en el calendario. Quedan un par de meses por delante para retornar a una realidad en la que nada será igual. La pandemia va a marcar un antes y un después tanto en las relaciones sociales como en las laborales y las organizaciones han de ser conscientes de ello. Una encuesta elaborada por Colliers International arroja que a ocho de cada diez personas les gustaría trabajar desde casa uno o más días a la semana cuando acabe la crisis del COVID-19. Es más, un alto porcentaje de los que nunca lo habían hecho hasta ahora querrían tener la oportunidad más adelante.
El barómetro fue lanzado a mediados de marzo, coincidiendo con la puesta en marcha del estado de alarma. Y aunque la investigación concluirá a finales de abril, los primeros sondeos muestran que la productividad de estas personas no ha variado en absoluto en más de la mitad de los casos e, incluso, una quinta parte reconoce que ha aumentado. A este respecto, un 55% dice ser capaz de sacar adelante sus quehaceres “mejor o mucho mejor” desde su hogar que desde la oficina.
Cabe recordar que antes de esta situación, España se encontraba a la cola en cuanto a implantación del trabajo en remoto. Por lo que estos datos abren el debate sobre si el confinamiento podría terminar de asentar este método, para aquellas tareas que así lo permitan. “Estamos en el medio de la prueba más grande de teletrabajo en la historia de la humanidad“, señala el CEO para la región EMEA de Colliers International, Chris McLernon.
El aislamiento en los hogares acabará, pero las medidas de higiene y seguridad, como el mantenimiento de la distancia entre personas seguirán presentes durante mucho tiempo. En este escenario, el flex se posiciona como un segmento que presenta grandes oportunidades y relega a un segundo plano los locales comerciales y los inmuebles convencionales. Algo que ya está pasando en algunos lugares de España y que da pistas sobre la tendencia que viene. “Muchas empresas grandes y medianas dedicadas a actividades esenciales están reclamando nuestros servicios”, asegura a DIRIGENTES el CEO de Utopicus, Rafa de Ramón.
Hay que tener en cuenta que posiblemente muchas oficinas no podrán asegurar el espacio mínimo entre personas una vez que se reanude la situación. Es por ello que desde la firma propiedad de la inmobiliaria Colonial, prevén un aumento de la demanda de estas instalaciones de aquí en adelante. La necesidad de “disminuir riesgos, junto a la de rebajar la densidad de usuarios concentrados en un mismo espacio” son algunos de los factores que juegan a su favor. Además, la manera en la que están diseñados este tipo de centros, con estructuras polivalentes y versátiles hacen posible el desarrollo de cualquier actividad.
A ello hay que añadir el hecho de que alquilar un espacio en grandes instalaciones de coworking ha comenzado a proliferar entre las empresas como una manera de ahorrar en costes, a la vez que les permite hacer networking con el resto de organizaciones allí asentadas.
El lado negativo viene por el lado de los autónomos que, ante la bajada de ingresos, es muy probable que decidan continuar con su actividad desde casa. Descenso que podría ser absorbido por el lado corporativo. Según datos de FIABCI, España es el tercer país del mundo con mayor número de edificios de este tipo, solamente por detrás de EE.UU. y Alemania.