Hasta hace poco las contraseñas eran la fórmula más segura de identificar a un usuario. Sin embargo, con el paso del tiempo y el auge de los ciberataques, este sistema se está volviendo cada vez más vulnerable. Por ello, empresas de todo el mundo están dejando a un lado métodos de autenticación menos fiables y, […]
Dirigentes Digital
| 11 mar 2022
Hasta hace poco las contraseñas eran la fórmula más segura de identificar a un usuario. Sin embargo, con el paso del tiempo y el auge de los ciberataques, este sistema se está volviendo cada vez más vulnerable. Por ello, empresas de todo el mundo están dejando a un lado métodos de autenticación menos fiables y, de forma paralela, están comenzando a migrar hacia sistemas biométricos que les permitan detectar este tipo de fraude con mayor eficacia. En la actualidad, esta herramienta se está convirtiendo en una vía capaz de implementar soluciones dirigidas a diferentes sectores, así como a las operaciones diarias desarrolladas por las organizaciones a través de la verificación de diferentes rasgos tangibles de las personas.
Unido a su evolución dentro de las compañías, el crecimiento de este mercado es exponencial. Según datos de Statista, las tecnologías biométricas crecerán de forma continuada hasta alcanzar los 55.420 millones de dólares en 2027 y, de cara a los próximos años se espera que cada vez más empresas incorporen esta tecnología con el fin de mejorar sus identificaciones, tanto para los clientes como para los empleados que trabajen en remoto.
Para entender el potencial de la biometría primero es importante conocer algunas de las situaciones que se producen de forma más habitual. “La suplantación de identidad ya sea de una persona física o jurídica sucede cuando un atacante obtiene información personal y la utiliza para obtener algún beneficio, como puede ser la sustracción del saldo de cuentas bancarias, la compra online, la publicación de contenido perjudicial en nombre del afectado o la obtención de préstamos bancarios”, explica el director General de Serban Biometrics, Juan Pablo Yagüe.
Según describe el experto, entre las técnicas más comunes se encuentran el fraude del CEO, en el que los ciberdelincuentes “suplantan la identidad de un alto cargo de la compañía con el propósito ode engañar a los empleados para que efectúen órdenes de pago fraudulentas” o el fraude de facturas, una técnica en la que los atacantes “estudian a las empresas con el objetivo de descubrir las relaciones que mantienen con sus proveedores para suplantar su identidad y solicitarle un nuevo procedimient de pago”. Además, también destacan otras más habituales como el phishing, un método que consiste en “el envío de un email por parte de un ciberdelincuente a un usuario, simulando ser una entidad legítima con el objetivo de robarle información privada, realizarle un cargo económico o infectar el dispositivo” o el pharming, un formato que “envía a los usuarios a un sitio web fraudulento cuyo aspecto es el mismo que el del sitio web legítimo”.
De forma general, los ciberdelincuentes buscan brechas de seguridad, tales como una contraseña sencilla y fácil de adivinar o un dispositivo poco protegido que abra la puerta a toda la red empresarial. Así las cosas, tal y como detalla Yagüe, los mecanismos de autentificación se asientan sobre tres principios básicos: algo que tienes, la llave de casa o una tarjeta de crédito; algo que sabes, una contraseña o un nombre; y algo que eres, la huella digital o el rostro. Y, por ello, en este escenario sostiene que hay que tener presente que “la biometría es el único método capaz de cubrir en su totalidad este tercer factor, lo que le da ventaja con respecto al resto de sistemas”, ya que “no es posible robar lo que somos, a diferencia de lo que tenemos o de lo que sabemos”.
Desde Serban Biometrics, su director General también comenta que esta tecnología se puede implementar en cualquier tipo de empresa y señala tres ventajas. Una vez que se realiza la instalación, “el coste de mantenimiento es muy inferior al de otros sistemas de identificación, no requiere de conocimientos avanzados ni de un largo periodo de adaptación y es universal. Es decir, todas las personas tienen características biométricas, por lo que se puede aplicar a todo el mundo”.
Por su parte, el sector bancario se trata de un ámbito en el que esta tecnología “avanza a pasos agigantados”, ya que gran parte de su operativa depende de una autenticación fiable y de la gestión de identidades de sus clientes. “La biometría sería capaz de reducir enormemente ciertos costes, como el del uso y registro de información en papel o la prevención y control de multitud de fraudes”, indica. Según declara, es capaz de detectar de una forma mucho más rápida los comportamientos anómalos, “siendo un método perfecto para identificar cualquier tipo de fraude”. Y, además, ahora que el modelo de identificación remota está cada vez más implementado, cada vez es más habitual la aparición de atacantes que tratan de vulnerar el sistema, por lo que “el uso de rasgos biométricos como el facial y el vocal para el seguimiento continuo del usuario permitirá la autenticación con validez legal y aportará un nivel de seguridad imprescindible en la banca”.
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