Distancia social, confinamiento o mascarillas son algunos de los cambios que se han introducido en los últimos meses a causa de la pandemia. Estos han afectado a todos los niveles de la sociedad. En este contexto, en las ciudades el reto es mayor a la hora de controlar los contagios, puesto que es donde reside […]
Dirigentes Digital
| 03 ago 2020
Distancia social, confinamiento o mascarillas son algunos de los cambios que se han introducido en los últimos meses a causa de la pandemia. Estos han afectado a todos los niveles de la sociedad. En este contexto, en las ciudades el reto es mayor a la hora de controlar los contagios, puesto que es donde reside la mitad de la población y se espera que dicha cantidad se incremente hasta el 60% para 2030, según la ONU.
Por ello, las urbes tienen que repensar sus estrategias para adaptarse a este nuevo escenario incierto. De esta forma podrán centrarse en ser sostenibles, competitivas y en marcar las prioridades para su futuro, que revertirá en una mejora de la calidad de vida de la ciudadanía. Un estudio del IESE apunta que la pandemia representa una oportunidad para lograr estos objetivos y aumentar así su capacidad de recuperación. En este sentido, “la resiliencia, en parte gracias a una mayor colaboración público-privada, puede ser el nuevo paradigma de las ciudades”. En la base de este desarrollo se encuentra la tecnología. Todo esto es la clave para la evolución de las smart cities, un modelo de ciudad que administre de forma eficiente los recursos, la energía, el agua, la contaminación o el contacto entre las personas.
La inversión europea en tecnologías para smart cities alcanzará los 31.000 millones de dólares en 2021, según la consultora IDC
La tecnología facilita la conectividad, ayuda a comprender mejor el funcionamiento de estas áreas y a tomar mejores decisiones en base a los datos que recoge. “Las ciudades inteligentes se basan en la tecnología y la organización. La digitalización de las mismas no consiste en digitalizar los activos, sino en reorganizar la función de la ciudad en torno a los datos”, explica a DIRIGENTES el country manager para España de Everynet, Jean Triquet. A este respecto, añade que las smart cities no tienen que ver con el control social de la vida de los ciudadanos, sino con la comunicación de las partes para mejorar su cooperación.
Ante la irrupción del coronavirus, las ciudades han tenido que hacer cambios drásticos. Triquet señala que gran parte de ellas todavía se esfuerzan por asegurar el distanciamiento social, evitar aglomeraciones y el suministro adecuado de servicios sociales. Por esta razón, agrega que “la recopilación de datos a través de una red fiable y segura es clave para planificar las acciones y distribuir los recursos”.
Las soluciones tecnológicas ayudan a las ciudades a evitar aglomeraciones, ya que facilitan la gestión de los lugares y los movimientos. En esta tarea cumplen un importante papel las herramientas de analítica, de simulación de espacios o de sensorización. De hecho, en el corto plazo, el despliegue masivo de sensores por la ciudad puede ser útil para el rastreo de casos. Poniendo sensores de movimiento en los establecimientos esenciales como supermercados o farmacias se podría llevar un control más exhaustivo del tránsito para asegurarse de que los ciudadanos cumplen con las normas de seguridad. Mientras que en el largo plazo las ciudades necesitarán escalabilidad. Jean Triquet recalca que el “reto es crear un único ecosistema de servicios y soluciones y no diferentes nichos de información dentro de la ciudad”. Reitera que será cada vez más importante recopilar datos de diferentes fuentes consistentes para establecer estrategias comunes y reaccionar ante cualquier problema futuro, como pueden ser los posibles rebrotes.
Por otro lado, el director general de Inbenta, Julio Prada, recalca que uno de los principales desafíos de las ciudades es entender cómo se desplaza la ciudadanía y cómo hay que actuar ante una segunda oleada de casos. Para saber esto hace mención a diferentes soluciones como: “Detectores de temperatura mediante dispositivos y cámaras, aplicaciones de registro de síntomas, aplicaciones de tracking de ciudadanos para conocer sus rutas y hábitos, luces ionizadoras de desinfección, circuitos de refrigeración o filtro de aire en transportes públicos”.
Prada comenta que en el corto plazo las tecnologías necesarias para gestionar las ciudades serán “las relacionadas con las comunicaciones 5G y WiFi6 que, a su vez, generarán un gran volumen de datos que se acompañarán de tecnología analítica, inteligencia artificial, machine learning“. A estas añade también aquellas de automatización robótica tipo RPA y sistemas Conversacionales (NLP) que mejorarán el día a día de los ciudadanos y turistas y serán de gran ayuda, por ejemplo, en el ámbito de reservas de hotel o visitas a museos, entre otros. “Hemos dotado a diversos organismos como el Gobierno de Cataluña o el CERN con sistemas conversacionales y chatbots capaces de solventar de manera automática cientos de miles de preguntas de los ciudadanos”, expresa Julio Prada. Finalmente, si se pone la mirada en el futuro, en el medio y largo plazo, las necesidades de las urbes virarán hacia lo relacionado con la seguridad, la eficiencia energética y las comunicaciones. “Estas tres patas del taburete sentarán las bases en cualquier necesidad en el futuro”, subraya Julio Prada.