El mundo está inserto en una transición que dejará atrás a los vehículos de combustión interna y expandirá los coches eléctricos. Ante un cambio tan notable como este, quedarán grandes ganadores y grandes perdedores en la industria automotriz. Pero, quizá los que peor lo tienen son las grandes petroleras, según alertan en Bank of America.
Los últimos datos conocidos indican que la caída directa de ingresos de la industria petrolera está en aumento, “es probable que este impacto sobre los ingresos se vea magnificado por una reducción de las ventas no relacionadas con el carburante”, señalan desde la entidad. “La respuesta de la industria petrolífera es un cambio lento hacia una energía más limpia centrada en reducir la huella de carbono”, añaden.
Sin embargo, este cambio no ha hecho nada más que empezar, los vehículos eléctricos representaran algo más del 20% de las ventas anuales de coches en el año 2025. “Creemos que el punto máximo de la demanda de petróleo llegará en el año 2030 y después las Big Oil tendrán que dar respuestas creando electricidad de bajas emisiones de carbono”, añaden en el análisis.
Buen rendimiento en bolsa
A pesar de su delicado futuro, el Stoxx 600 Oil & Gas que integra a 20 compañías como Shell, BP, Repsol o Total subió el año pasado un 9,2% y este año sigue manteniendo el buen tono. El selectivo logró su máximo en el año 2007 cuando superó los 457 puntos y tocó el mínimo más reciente en 2016 cuando retrocedió a los 246 puntos. Desde entonces todo ha sido subir y subir hasta lograr los 323 puntos actuales.
Repsol, la compañía petrolera española más grande, no está teniendo un comportamiento tan bueno. En los últimos doce meses ha perdido un 13% de su valor en bolsa y se encuentra bastante alejada de los máximos que logró en el año 2010.
Shell también ha perdido un 7% de su valor en bolsa en los últimos doce meses, aunque se encuentra cada vez más cerca de los máximos alcanzados el pasado mes de junio de 2018, cuando logró llegar a su máximo histórico.
2019-07-15 16:05:08