Por primera vez China reconoce que no crecerá por encima del 7%, tras la crisis bursátil desatada en verano. El país ha dado a conocer las líneas maestras a través de la agencia estatal Xinhua y en boca del primer ministro, Xi Jinping.
El mandatario afirma que con un crecimiento del 6,5% anual en el próximo quinquenio, el país podrá sacar de la pobreza en 2020 a más de 70 millones de chinos de zonas rurales que padecían ésta a fines de 2014.
La aprobación del Plan Quinquenal se produce en un momento en que las dudas sobre la economía son más grandes que nunca. El estallido de la burbuja bursátil junto a la ralentización del mercado exterior y actividad manufacturera ha llevado a la economía china a crecer a un ritmo trimestral del 6,9%, el más bajo en 25 años. La segunda economía del mundo está ofreciendo señales de agotamiento preocupantes. El banco central ha reducido sus tasas de interés por sexta vez en menos de un año y está estableciendo una política monetaria más agresiva que aplicó en la crisis financiera de 2008.
"Mantener un nivel medio alto de crecimiento llevará a mejorar las condiciones de vida de la gente, para que se puedan beneficiar verdaderamente del éxito del país a la hora de crear una sociedad moderadamente próspera", ha indicado Xi.
Entre las líneas maestras del plan, se cambia la previsión para cambiar el modelo de la economía china basado en las exportaciones a otro basado en la innovación y el consumo interno.
También incluye un nuevo paso a la apertura del capital extranjera para permitir que más entidades privadas puedan abrir bancos o la inversión en algunas empresas estatales.
Además, se indica que se abordará el establecimiento de un sistema de pensiones, con la elevación la edad de jubilación, que actualmente comienza a los 60 años para las mujeres y a los 65 para los hombres, una medida más para combatir el envejecimiento de la población.
Pero el Plan Quinquenal va más allá del plano económico, establece la monitorización de la vida social. Al ya conocido de eliminar la política de hijo único, se une la reforma del sistema de permisos de residencia internos, para favorecer la emigración hacia las ciudades con la cobertura de servicios básicos, como la atención médica o la educación.
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