Compañías más capacitadas para mantener sus dividendos

Cuando miramos a los mercados merece la pena fijarnos en cuestiones como dónde encontramos hoy en día los excesos y cuáles son los riesgos. Podemos encontrarlos en los balances sobredimensionados de algunas compañías que han asumido un nivel excesivo de deuda. En Estados Unidos, el endeudamiento del sector corporativo no financiero se situó a finales de 2018 en un 46,7% del PIB, un máximo histórico.

Gran parte de esta deuda barata se ha utilizado para financiar repartos de dividendos, recompras de acciones y fusiones y adquisiciones. Desde 2013, los dividendos y las recompras de acciones han superado los niveles de flujo de efectivo disponible, y la emisión de deuda ha cubierto la diferencia. En muchos casos, esta estrategia ha inflado de forma artificial el crecimiento de las ganancias por acción, impulsando al alza los precios de las acciones.

Este tipo de ingeniería financiera no puede mantenerse de forma indefinida. Muchas compañías van a verse obligadas a reducir su nivel de deuda, ya sea por la subida de tipos o por el endurecimiento de las condiciones de crédito, y deberán reducir también sus dividendos, recompras y fusiones y adquisiciones. Todo ello ejercerá presión sobre las valoraciones y podría desencadenar una oleada de condonaciones de deuda.

Pero sin un agente catalizador, como podría ser una subida de tipos de interés o una ralentización del crecimiento económico, estos excesos continuarán aumentando, lo que provocará un incremento de la volatilidad en los mercados.

Ojo con los niveles excesivos de deuda

Hay que tener en cuenta que no todas las compañías que reparten dividendos son iguales, ni sostenibles. Una de las lecciones que he aprendido en mis cuarenta años de carrera ha sido a prestar atención a aquellas compañías con un nivel excesivo de deuda. Este tipo de empresas se enfrentan a numerosas dificultades. Por ejemplo, podrían verse obligadas a reducir sus dividendos para mantener una calificación crediticia de grado de inversión.

Si nos fijamos en un par de compañías por sector, veremos que, en periodos de dificultad, lo más probable es que las que recorten dividendos sean aquellas con una calificación crediticia más baja y una menor ratio de cobertura por intereses.

Por ejemplo, Nestlé, que presenta un nivel de deuda manejable, no ha recortado sus dividendos en décadas, mientras que Kraft Heinz, fuertemente endeudada, se ha visto obligada a hacerlo recientemente. Por eso es tan importante ir más allá de la rentabilidad por dividendo y analizar si la compañía en cuestión es capaz de mantener dichos dividendos. Cuanto más se prolongue el periodo de expansión, más atención prestaré al nivel de deuda de las empresas.

2019-07-29 08:17:15

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