Los bancos no generan electricidad ni tienen fábricas en las que se emitan gases contaminantes, así que a primera vista, no puede señalarse como un sector contaminante. Pero en una observación más profunda, proporcionan los recursos para todas esas actividades económicas que sí generan contaminación. La clave entonces está en fijar objetivos para la financiación […]
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| 01 feb 2022
Los bancos no generan electricidad ni tienen fábricas en las que se emitan gases contaminantes, así que a primera vista, no puede señalarse como un sector contaminante. Pero en una observación más profunda, proporcionan los recursos para todas esas actividades económicas que sí generan contaminación. La clave entonces está en fijar objetivos para la financiación de esos sectores, además de integrar la perspectiva de la sostenibilidad en la gobernanza.
Un estudio de la consultora Climate Strategy & Partners examina el papel que los tres principales bancos españoles están llevando a cabo en la transición ecológica. A saber, BBVA, Banco Santander y CaixaBank aglutinan el 70% de la cuota de mercado en España y gestionan el 55% de los activos.
La conclusión de este informe es que las tres entidades se han sumado a la Glasgow Finance Allianz for Net Zero (GFANZ), lo que redunda en el establecimiento de plazos y buenas prácticas para desarrollar objetivos de reducción de emisiones y planes climáticos. No obstante, tanto el análisis que se está describiendo en este artículo como otros disponibles “muestran que estos compromisos aún no son lo suficientemente ambiciosos para limitar el calentamiento global a 1,5ºC”, dice el informe.
De ese modo, aunque se han sumado a una iniciativa pionera a nivel mundial, sería un paso más crear un plan completo desde cada entidad. “Deberían contar con planes de acción climática” desde diversos puntos de vista, aunque con el predominio de la ciencia y la vista puesta en los riesgos climáticos que existen para la sociedad y para sus clientes. En ese sentido, la banca puede ayudar a sus clientes a descarbonizarse y a hacer lo propio con el conjunto del sistema financiero.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que la transición ecológica se ha convertido en un objetivo para las autoridades públicas. Por ello, se apunta que si estos tres bancos animan a sus clientes a agilizar reformas, “contarían con más apoyo público” para llevarlas a cabo.
Pero para conseguir ese objetivo también tendrían que comprometerse a establecer planes de acción climática que incluyan todas sus medidas concretas. De hecho, el informe subraya que los planes actuales para actuar en el terreno de la financiación cuentan con numerosas excepciones que “perpetúan la financiación de clientes relacionados con los combustibles fósiles”.
En el punto de la gobernanza, sí que se han dado pasos para alinear la estructura gerencial con la estrategia climática. Sin embargo, se echa en falta que se vincule la consecución de objetivos concretos con la remuneración de los dirigentes.
Entre los tres bancos que analiza el informe se pueden apreciar notables diferencias. BBVA sí que ha publicado objetivos sectoriales concretos, como reducir un 52% la intensidad de CO2 en su cartera de energía, un 46% la cartera de producción de automóviles, un 23% en la producción de acero y el 17% en la producción de cemento.
Mientras, Banco Santander cuenta con dos objetivos sectoriales principales, como son eliminar toda la exposición a la minería del carbón térmico en 2030 y reducir la intensidad de CO2 en su cartera de energía un 52%, al igual que BBVA. Asimismo, se espera que a lo largo de este año presente nuevos planes.
Por su parte, CaixaBank aún no ha publicado sus objetivos sectoriales. En este momento, la entidad se encuentra inmersa en la integración de equipos y actividades tras la fusión con Bankia. Es de esperar que la entidad esté preparando su nueva estrategia y que se dé a conocer cuando se presente su nuevo Plan Estratégico, a finales del primer trimestre de este 2022.
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