La economía española aspiraba a rebotar con fuerza durante el recién terminado 2021 y a extender dicha recuperación al 2022. Las previsiones que ofrecen unas entidades y otras son dispares, aunque coinciden en que será menor del esperado en un primer momento. Así, se estima que el avance en 2021 será de alrededor del 5%, si bien en 2022 podría ampliarse gracias al efecto de los fondos europeos.

Más allá de la cifra concreta, España pretende lanzar el mensaje de que la recuperación está en sus inicios y en marcha, y que esta será robusta y proporciona oportunidades tanto a la propia economía nacional como a los inversores. En la 12ª Edición de Spain Investors Day, se han reunido algunos de los principales expertos en el análisis de la situación económica del país.

El debate celebrado este pasado jueves se centró en los diferentes aspectos que influirán en la recuperación, así como en los motivos que pueden avivar o no el optimismo. Frédéric Pretet, Jefe de la División de Economía en BNP Paribas Exane, entiende que las posibilidades de España de consolidar un crecimiento robusto durante los próximos años depende de su capacidad de implementar reformas con éxito. Asimismo, destaca que las transformaciones profundas que se van a producir ofrecen la oportunidad de obtener retornos superiores en términos de inversión.

Enrique Gutiérrez, socio de Deloitte, plantea que sí que "hay razones para el optimismo", y se basa sobre todo en la diligencia de la sociedad española para afrontar las dificultades, así como en su disposición para vacunarse, lo que puede proteger a la economía española de nuevos shocks por la pandemia. "Podemos discutir si las expectativas de crecimiento son mayores o menores pero esa no es la cuestión, hay un periodo muy largo de buenas expectativas", resume Gutiérrez.

Asimismo, cree que conforme la recuperación se asiente y se perciba en los hogares, el consumo se verá favorecido. Por otro lado, cree que este 2022 será el primer año en que de verdad los fondos europeos "tendrán efecto y fluirán en la economía". Sin embargo, añade que habrá que seguir observando la situación sanitaria, la inflación y la evolución del empleo como posibles riesgos.

El director de coyuntura y economía internacional de Funcas/Cecabank, Raymond Torres, quiso poner el foco sobre las exportaciones. España ha conseguido acumular el mayor incremento de todas las economías en los últimos diez meses, hasta alcanzar el 20% de mejora. En ese sentido, Torres señala que mantener la competitividad puede ser "un elemento diferencial".

Por otro lado, avanza que el empleo se ha comportado mejor de lo esperado, en tanto que las previsiones eran muy pesimistas y, en cambio, está cerca de los niveles precrisis. En cuanto a los fondos europeos, Torres piensa que los proyectos tienen que centrarse en la transformación que pueden conseguir y no tanto en el dinero que pueden atraer o en el tiempo que tarden en llevarse a cabo.

Ricardo Martínez, presidente de Equipo Económico, coincide en la visión optimista del resto de ponentes. Dadas las circunstancias, las prioridades deben pasar por eliminar todas las incertidumbres que sí dependen de la gestión política y empresarial. Diferencia factores externos como son la propia pandemia, el crecimiento exterior o los problemas en los suministros, de otros que tienen que ver con las reformas que se pretenden introducir en la economía, así como en las expectativas de esas reformas.

Martínez cree que lo que se traslada sobre esas transformaciones "afectan a la visión global de la economía", ya sea en materia laboral, fiscal o de pensiones. En esa línea, rechaza posibles subidas de impuestos, que son poco apropiados si se tiene en cuenta el aumento de la inflación. "Tenemos la capacidad para hacerlo, creceremos, pero depende de nosotros poder hacerlo aún mejor", resume.

Por último, José Luis Curbelo, presidente y CEO de Cofides, revela que las pymes han utilizado el fondo de ayuda para dicho sector menos de lo esperado. Y la mayor parte de la ayuda solicitada se concentra en sectores especialmente afectados, como son la restauración o el transporte. Sin embargo, Curbelo cree que "esto no significa que las compañías no estén sufriendo o que no tengan que apretarse el cinturón". En todo caso, se inclina por compartir el optimismo.

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