Es la primera vez que se elabora un informe sobre la seguridad nacional en cuatro años. Su borrador, que se hará público antes de finalizar el año (una vez incluida la carta del Presidente del Gobierno), recalca la disputa ante la que se enfrenta el país debido al imparable crecimiento tecnológico chino.
El ya conocido confrontamiento entre EEUU y China por hacerse con el pódium con su 5G y la problemática que ello conlleva con respecto a los ciberataques, preocupa (y mucho) a la seguridad nacional. El gigante asiático ha ganado posiciones en cuanto a la obtención de datos en países pertenecientes a la OTAN y la UE, ganando un peso más que considerable peso en las organizaciones internacionales.
Recordar que China fue el único país del G-20 en no sufrir una recesión el pasado año, a pesar de la pandemia mundial, tan solo hace que alertar más sobre su avance y poder en organizaciones internacionales, preocupación que se ha querido recalcar en este informe sobre Estrategia de Seguridad Nacional.
China imparable
El 5G es una más de las bazas que juega China ante su crecimiento global. Su dominio tecnológico, sus inversiones en Lationamérica y África además de en la Unión Europea, impulsa al país asiático a posicionarse como una de las principales potencias mundiales. Pero sobre todo, la lucha por ser el principal inversor internacional de redes y servicios, hace que la preocupación crezca en (no solo) España y raíz del cual se redacta en dicho documento un artículo ante la “Vulnerabilidad del ciberespacio”.
La futura expansión de redes con 5G en España y la llegada de la cuarta revolución industrial, generará una fragilidad intangible para los aparatos conectados o las redes inteligentes. La figura del cibercriminal se consolida de este modo en el entorno empresarial y organismos públicos, tomando cada vez más relevancia en una ola de ciberdelitos que se convertirá en tendencia, tal y como advierte el informe sobre Seguridad Nacional de este año.
España atractiva para la ciberdelicuencia
La figura de nuestro país como parte de organizaciones como la OTAN o la UE, lo posiciona en un lugar relevante para la ciberdelicuencia en delitos tales como injerencias o espionaje, como así detalla la Estrategia de Seguridad Nacional.
No solo eso, según versa el informe, esto pondría seriamente en peligro otros sectores como “la industria de defensa, las infraestructuras críticas o la investigación científica y tecnológica”. Esto podría suponer una pérdida del control sobre la Seguridad Nacional ante la participación de actores no necesariamente estatales.
Aunque el documento elaborado por La Moncloa no especifica nacionalidad alguna, el imparable crecimiento de China y la lucha por instaurar su 5G a nivel global, preocupa seriamente a los asuntos que atañen a la digitalización y especialmente, a la Seguridad Nacional de nuestro país.
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