Los empresarios aprueban las líneas generales de la reforma laboral que el Gobierno pretende llevar al Consejo de Ministros del próximo martes. La reunión del Comité Ejecutivo de CEOE de este jueves ve con buenos ojos las propuestas que se han trasladado hasta ahora desde el Ministerio de Trabajo. Si bien el texto definitivo aún […]
NacionalDirigentes Digital
| 23 dic 2021
Los empresarios aprueban las líneas generales de la reforma laboral que el Gobierno pretende llevar al Consejo de Ministros del próximo martes. La reunión del Comité Ejecutivo de CEOE de este jueves ve con buenos ojos las propuestas que se han trasladado hasta ahora desde el Ministerio de Trabajo.
Si bien el texto definitivo aún no ha sido examinado por la patronal, la CEOE da el primer paso adelante a la espera de conocer dicho texto y de alguna cuestión que queda pendiente, como la de la subcontratación, que ha generado más fricciones que el resto.
De este modo, puede hablarse más bien de un preacuerdo que depende del aprobado de la Junta Directiva de la patronal, que se también debe emitir su opinión. Además, el asunto de la subcontratación queda pendiente para la próxima reunión de la mesa de diálogo. De hecho, la aprobación no ha sido unánime, puesto que ciertas patronales como Foment del Treball o Anfac se han opuesto a dar su sí.
Por su parte, los sindicatos se reúnen también este jueves para dar su punto de vista de la propuesta del Gobierno. En principio, el Ejecutivo ha salvado el escollo más difícil, que era el de la patronal, por lo que se puede esperar que las asociaciones sindicales añadan su firma a este preacuerdo si bien, como se ha dicho, el texto no está completo. UGT se ha sumado al acuerdo, tras la aprobación unánime de su Comité Confederal.
Por su parte, el Gobierno prefiere mantener la prudencia hasta que se oficialice el pacto con los sindicatos y la patronal. Según ha dicho la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, la intención es que la nueva legislación laboral “sea posible con el acuerdo de todos”.
Como publicó este medio, la patronal se hallaba dispuesta a sellar un pacto, si bien desconfiaba de que pudiera conseguirse en la fecha límite que pretendía el Gobierno.
Los asuntos que abordará esta nueva normativa laboral van desde la contratación a la negociación colectiva. En particular, pretende tener un importante impacto en la elevada temporalidad que existe en España.
De ese modo, se establecerá el contrato indefinido como ordinario, si bien se abre la puerta a los siguientes tipos de contratos temporales: el estructural, por circunstancias de la producción y el formativo.
El contrato temporal estructural tendrá que justificarse por circunstancias de la producción o por la sustitución de otro trabajador que tiene reservado su puesto.
En el caso del contrato temporal por circunstancias de la producción tendrá como objetivo cubrir incrementos concretos de la producción, si bien no podrán prolongarse más de seis meses, o doce si el convenio colectivo sectorial lo permite.
Este tipo de contrato será el adecuado para campañas como la navideña o agrícolas. En este caso, se establece un máximo de 90 días al año no consecutivos. Por otro lado, se tendrá que proporcionar la categoría de indefinido si se encadenan contratos temporales durante 18 meses consecutivos. La normativa actual establece 24 meses.
Por otro lado, se ha conseguido imponer la voluntad de los sindicatos de que los convenios sectoriales prevalezcan sobre los de empresas en el ámbito salarial. También se aborda una reforma de los ERTE actuales, de manera que se conviertan en un mecanismo de salvaguarda del empleo para sectores en transformación.
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