La industria turística encara el final del ejercicio más oscuro que recuerda en años sumida en el pánico. Lejos de comenzar a ver la luz al final del túnel, el sector ve cada día más cerca el borde del precipicio. La Alianza para la Excelencia Turística (Exceltur) ha revisado al alza las pérdidas para este […]
NacionalDirigentes Digital
| 21 oct 2020
La industria turística encara el final del ejercicio más oscuro que recuerda en años sumida en el pánico. Lejos de comenzar a ver la luz al final del túnel, el sector ve cada día más cerca el borde del precipicio. La Alianza para la Excelencia Turística (Exceltur) ha revisado al alza las pérdidas para este ejercicio, hasta los 106.159 millones de euros, con un desplome del 70%. En tan solo un año, la actividad turística ha pasado de movilizar 152.590 millones a 46.431 millones, lo que supone un retroceso a niveles de 1995. Si se tiene en cuenta que hace 25 años la capacidad y la oferta eran menores, el impacto de este descenso es “mucho más doloroso y grave”.
“En cuarto trimestre anticipa una situación límite, ante los nuevos rebrotes de la pandemia, con caídas de ventas de las empresas turísticas estimadas de hasta un -77,6%”, ha comentado el vicepresidente ejecutivo de Exceltur, José Luis Zoreda, en base a la última Encuesta de Confianza Empresarial cerrada el pasado 1 de octubre. Cabe recordar el peso que desempeña este sector en la economía nacional por lo que, de confirmarse esta contracción, significa que el 67% del hundimiento del PIB español este 2020 será debido al freno en seco que ha experimentado el turismo.
Desde el inicio de la crisis sanitaria en marzo, el lobby turístico ha ido actualizando las previsiones a la baja marcado por el agravamiento de la pandemia. La última revisión, realizada en agosto, arrojaba un descenso de 98.753 millones para el conjunto del año. Ahora, el aumento en más de 7.400 millones supone 16 puntos de caída adicional a la esperada este verano. “Esta situación supone un problema, que trasciende a la realidad turística y que afecta a elementos estructurales del sistema económico español en los que el turismo juega un papel clave por sus efectos arrastre”, señalan desde Exceltur. Entre ellos, citan las ventas de empresas proveedoras, el desempleo en colectivos con los mayores problemas de inserción o la caída de los ingresos fiscales, que alcanzará los 7.667 millones solo en 2020.
Por este orden, los mayores descensos de actividad para el conjunto de 2020 tendrán lugar en Islas Baleares (-82,6%), Cataluña (-74,8%), Comunidad de Madrid (-72%), Comunidad Valenciana (-67,2%), Andalucía (-66,2%), Islas Canarias (-65,8%) y Galicia (-61,7%), con la consiguiente repercusión en el mercado laboral. En el acto de presentación de este análisis, Zoreda ha advertido de que alrededor de 750.000 empleos relacionados con el turismo corren el riesgo de desaparecer. Hasta septiembre, el 42% de los trabajadores que todavía seguían en ERTE procedían del turismo y la afiliación a la Seguridad Social se ha reducido en 281.000 personas.
El sector se ha visto condicionado por una demanda extranjera “inexistente”, -con bajadas superiores al 80% en número de noches y gasto- así como por la nacional, que también ha sido un 30% inferior a la de 2019, como consecuencia de las “cautelas a la hora de viajar” y el predominio de productos de escaso impacto en la industria como son los desplazamientos de proximidad, el uso de viviendas propias o de familiares y un escaso consumo en propuestas de ocio.
Frente a esta situación, desde la organización hacen un llamamiento al Gobierno para garantizar “la supervivencia del mayor tejido empresarial viable y posible a corto plazo”, así como del empleo a través de un plan de salvamento. Para ello, han elaborado un decálogo de propuestas entre las que destacan la reducción del IVA turístico al 5%, como mínimo, hasta finales de 2021; la puesta en marcha de bonos turísticos o fórmulas equivalentes a nivel nacional, que complementen los ya impulsados por algunas comunidades autónomas; la reducción de impuestos y tasas autonómicas y locales, además de la creación de un fondo de rescate para empresas turísticas que facilite ayudas directas a pymes. También defiende la necesidad de asegurar la movilidad internacional con pruebas a la entrada y salida de los principales nodos de transporte como aeropuertos o puertos, además de controlar la pandemia y recuperar la imagen de España como destino turístico seguro a través del refuerzo de la marca país. “Más que promesas, necesitamos ayudas concretas”, ha aseverado Zoreda.
En vista de las circunstancias, los dirigentes del sector avistan cada vez más lejos una recuperación a los niveles prepandemia. Si el pasado mes de junio un 51,2% de los empresarios confiaba en que la reactivación se produciría a mitad de 2021, en el momento actual tan solo un 10,2% espera que ocurra, un 46,1% en 2022 y un 43,7% en años posteriores.