Cómo si de una broma de mal gusto se tratara, el mundo se está enfrentando en los últimos años a una realidad más que compleja. Una pandemia mundial, catástrofes naturales, ahora una guerra en Europa… Todo ello, inevitablemente afecta a la persona, pero también al conjunto de la sociedad y al tejido empresarial. Una sucesión […]
InternacionalDirigentes Digital
| 25 mar 2022
Cómo si de una broma de mal gusto se tratara, el mundo se está enfrentando en los últimos años a una realidad más que compleja. Una pandemia mundial, catástrofes naturales, ahora una guerra en Europa… Todo ello, inevitablemente afecta a la persona, pero también al conjunto de la sociedad y al tejido empresarial. Una sucesión de acontecimientos inesperados que hace tambalear lo que hasta el momento considerábamos, especialmente en Occidente, un modelo de vida totalmente confortable y adaptado a la evolución.
Hemos tenido la oportunidad de entrevistar a Alejandra Nuño, socióloga experta en crecimiento empresarial, que nos habla de todos estos convulsos cambios, de cómo nos está afectando de manera individual y conjunta a la humanidad.
Dirigentes. ¿Cómo afecta esta sucesión de acontecimientos al comportamiento de la sociedad?
Alejandra Nuño. Nos llena de tristeza, de consternación. Un momento complejo porque generaciones como la X, han pasado dos crisis financieras, una pandemia, y eso es mucho arrastre, mucha desazón. Si a todo ello, le sumamos el alto desempleo, las consecuencias económicas, pues nos llena de sufrimiento, y sobre todo de miedo, porque la sociedad se tambalea. Nuestros valores se tambalean.
Además, no todos pasamos esta época de igual manera. Quizás las estructuras familiares, aquellos con niños, sientan más incertidumbre porque sufren doblemente.
Finalmente, a veces roza la “incredulidad” porque parece mentira que estemos viendo una guerra a través de Tik Tok o Instagram. Verdaderamente, es difícil de creer.
D. Una pandemia mundial, catástrofes naturales, ahora una guerra… ¿Estima que habrá una tendencia a cambiar el modelo de consumo de la sociedad?
A.N. Adoptaremos modelos prudentes y proteccionistas. La guerra nos trae una factura muy cara. Desde la energía a la cesta de la compra. Por eso, gran parte de la sociedad está reclamando ayuda por parte del ejecutivo como, por ejemplo, que se supriman temporalmente los impuestos que gravan la energía, o que se apoye con bonos de ayuda a los más vulnerables, medidas que alguna comunidad autónoma, como Galicia, ya está aplicando. Debo decir que no estoy hablando de ideología, sino de gestión pública con firme vocación servicio a la ciudadanía.
D. ¿Cómo actuará la sociedad ante la creciente subida de precios? ¿Habrá una tendencia a consumir menos?
A.N. Habrá prudencia. Habrá economía de guerra. También, es cierto, que surgen sectores refugio, como por ejemplo, el inmobiliario.
D. ¿Cree que cambiará la forma de relacionarnos, también con los negocios y empresas?
A.N. Sin lugar a duda, afecta a la empresa y al empleo, se habla de miles de millones en pérdidas económicas y más de cien mil empleos en peligro, solo tenemos que ver como está el sector primario.
Nos afecta haciéndonos todavía más resilientes.
Es otra vez otro esfuerzo sobre el ya sobre esfuerzo realizado. Nos hará más humildes. Y sinceramente, debería de hacernos más humanos, más honestos y más amables. Fomentar la cultura del cuidado como modelo de gestión corporativa. Finalmente, también debería de hacernos más firmes. No es tiempo de divagaciones, sino de ser firmes gestores, siendo pragmáticos, solventes y resolutivos. Flexibilizando productos, reduciendo carteras.
D. El tejido empresarial también se ha percatado de que hay determinadas situaciones a las que no puede o es muy difícil hacer frente. ¿Cambiará el modelo de negocio debido a estas adversidades?
A.N. Insistiría de nuevo en reafirmar los aprendizajes de la pandemia. Flexibilidad, foco en los resultados, trabajar por objetivos, concentración en capacidades versus antiguos y viejos códigos binarios. Reforzar más que nunca nuestros valores pero siempre desde el pragmatismo, la humildad y la sensatez.
Tocó ser fuertes de nuevo. Por eso es vital, la cultura del cuidado. La empresa como agente de bienestar, la estructura que ayuda y cuida y fomenta seguridad, en la medida que se pueda. El liderazgo al servicio del equipo. Gran ejemplo tenemos con la propia Ucrania y su presidente, un líder que nos está dando una lección de vida. Una nación unida. La fuerza del ejemplo. La fuerza de la cercanía. Un líder que es uno más al pie de la batalla. Ese tipo de ejemplos son los que tendríamos que asumir todos, cada uno de nosotros somos agentes del cambio.
D. Individualmente, ¿Cómo afecta el inicio de una guerra como la de Ucrania, a nuestro día a día? ¿Y cómo sociedad?
A.N. Nadie permanece insensible al heroísmo que muestra el pueblo Ucraniano y su presidente. Toda gran catástrofe genera introspección, no vivimos en una burbuja, hemos llorado viendo las imágenes, y todos, nos hemos sentido conmovidos. Sinceramente, sentimos pesadumbre. Es inevitable.
D. ¿Con qué recursos cuenta la sociedad para enfrentarnos a esta sucesión de adversidades?
A.N. Contamos con nuestra identidad nacional, que además, es europea, sinónimo de un logro social y político que nos aúna como sentido de pertenencia. Contamos con el estado de bienestar, aunque este se vea impregnado de malestar e incertidumbre económica, no debemos subestimarlo, todo lo contrario.
Puede que fragilitado últimamente, pero contamos con un sistema de sanidad, que nos cuida, aunque mucho habría que avanzar en materia de salud mental, tan importante para lidiar con las catástrofes, especialmente para los colectivos vulnerables. También contamos con un sistema de valores cívicos transversales por encima de religiones o clases sociales, por eso nos choca tanto una guerra en plena Europa porque rompe los esquemas de nuestra “placentera” sociedad occidental.
Como último recurso, la solidaridad, España es un país muy solidario. Muchísimo.
D. ¿Piensa que la sociedad ha aprendido algo de la pandemia? ¿Es el momento de demostrarlo con el inicio de la guerra del Este?
A.N. Sí, lo pienso verdaderamente. Pienso que hemos aprendido a bajar el pie del acelerador. Hemos aprendido a valorar nuestra salud. La vida como eje del epicentro de los negocios. El multitasking no es humano. Y yo soy mujer, no hago dos cosas al mismo tiempo.
Es tiempo de limar lo superfluo poniendo foco en lo que importa. Es tiempo de sentido común, sentido de estado, sentido de responsabilidad los unos con los otros. No hay tiempo, y, matizaría que de un hiriente dominio, no respetar y valorar lo afortunados que somos. Seamos amables. Seamos sensatos. Seamos gestores que elevan sus miras por el bien común.
D. ¿Frenarán estos complejos momentos el crecimiento y avance de la sociedad?
A.N. Es inevitable. Pero, no es momento de queja. Es momento de aprender la lección de ejemplaridad que nos está dando Ucrania.
¿Cómo afecta la guerra entre Rusia y Ucrania a las empresas españolas?