La región del mediterráneo cuenta con numerosas oportunidades de negocio, pero también muchas posibilidades de mejora. Desde la Asociación de Cámaras de Comercio e Industria del Mediterráneo (ASCAME) contribuyen a los intereses del sector privado, promueven los países bañados por este mar, así como sus negocios en todo el mundo. Una labor que cobra aún […]
InternacionalDirigentes Digital
| 16 nov 2020
La región del mediterráneo cuenta con numerosas oportunidades de negocio, pero también muchas posibilidades de mejora. Desde la Asociación de Cámaras de Comercio e Industria del Mediterráneo (ASCAME) contribuyen a los intereses del sector privado, promueven los países bañados por este mar, así como sus negocios en todo el mundo. Una labor que cobra aún más relevancia en este contexto de crisis sanitaria y económica.
En línea con lo anterior, el coordinador general de esta institución y especialista en economía, relaciones internacionales e internacionalización empresarial, Anwar Zibaoui, sostiene que se necesita una acción coordinada y seria para crear economías inclusivas, así como facilitar el camino al sector privado y una mayor inversión pública en infraestructuras, sanidad y educación. Además, señala que tener un ecosistema empresarial “sano, inclusivo y sostenible” produciría prosperidad y canalizaría todo el potencial de la región del Mediterráneo.
En una entrevista con DIRIGENTES, el experto expresa su valoración sobre las medidas económicas puestas en marcha, sobre lo que falta aún por hacer y su visión acerca de los próximos meses.
¿Cuáles son las principales oportunidades de negocio de la zona de los países del Mediterráneo en el contexto actual?
La región mediterránea sur y oriental está entre los primeros socios comerciales de la UE. Recibe el 70% de sus importaciones, lo que se traduce en unos 380.000 millones de euros en 2018, principalmente de países como Alemania, Francia, Italia o España. Sin embargo, este comercio se mantiene todavía por debajo de las expectativas y se le presentan grandes oportunidades sobre todo en esta era COVID-19.
Más de 30.000 empresas europeas están instaladas en esta zona. Y la UE sigue siendo el mayor inversor con más del 40% del total. Pero las empresas del Viejo Continente sólo destinan el 2% de sus inversiones a los países de la orilla sur y el 3% a África, mientras que EE.UU., Japón y China aumentan sus inversiones en estas regiones hasta en un 15%-20%. El 40% del suministro energético de la UE proviene de los países del sur del Mediterráneo y a esto hay que añadirle la apuesta por las energías renovables.
El balance indica que hay muchas posibilidades de mejora y oportunidades de negocio. Es el momento de repensar la relación entre la UE y el Mediterráneo e impulsar juntos un proyecto capaz de competir en un mundo que vira hacia las grandes áreas económicas regionales.
“Las empresas internacionales tienen que considerar la región no como un mercado de consumo o una fuente de materias primas, sino también como un región que crea valor”
¿Cómo ha cambiado el clima de negocios de estos países tras la irrupción de la pandemia?
Las repercusiones económicas de la pandemia de la COVID-19 y las medidas proteccionistas han demostrado la importancia de apoyar y fomentar el sector Salud y a la industria farmacéutica regional para lograr la autosuficiencia. Se prevé que el gasto mundial en salud aumente a 15 billones de dólares en 2022. La región mediterránea necesita una cooperación más estrecha y eficiente entre los sectores público-privado y de la sociedad civil. Apoyar al sector salud y las inversiones con el objetivo de mejorar la sostenibilidad de la seguridad sanitaria en el Mediterráneo. Ahora tenemos la oportunidad de transformar los sistemas de salud en las economías emergentes de la región, de convertir el Mediterráneo en un Hub Global de innovación en salud.
Este año el sector salud ha cobrado especial relevancia como consecuencia de la COVID-19, que pone en primer plano la atención en la industria de la salud. También en MedaWeek Barcelona le damos gran protagonismo con la organización por primera vez del Foro de Salud del Mediterráneo”, en el que contaremos con la intervención online de Salvador Illa Roca, ministro de Sanidad.
“Un ‘Plan Marshall’ sería una solución realista para resolver los problemas económicos endémicos”
¿Cuáles son los ingredientes necesarios para avanzar hacia la recuperación económica?
La globalización muestra su debilidad e interdependencia económica. La recesión será dura, las consecuencias pueden ser dramáticas, y por tanto, deberán tomarse medidas efectivas para apoyar la economía regional y establecer un plan de recuperación multidimensional a la vez que poner los cimientos para cambiar y diversificar los patronos del crecimiento impulsando las nuevas economías digital, verde y azul.
Recuperar el equilibrio geopolítico global y reforzar la potencia de Europa, ya que está debilitada y agotada por sus divisiones internas y por las crisis de refugiados o de identidades. Disputas que favorecen especialmente a Rusia, que refuerza su estatus político, y a China, que está tratando de reemplazar económicamente a los EEUU y a Europa en el mundo.
Lograr la integración del eje estratégico Europa, el Mediterráneo y África para convertirse en una pujante frontera de producción norte-sur. Hay que prestar atención al nuevo paradigma económico y comercial llamado Slowbalisation, en el que las cadenas globales de valor están acortándose, pasando a ser cadenas regionales.
¿Qué medidas económicas puestas en marcha actualmente en los países del Mediterráneo valora positivamente? ¿Qué sería necesario hacer todavía?
La magnitud del desafío deja a las medidas existentes claramente insuficientes para el propósito. Por ello, hace falta una nueva política europea para el Mediterráneo, un “Plan Marshall ” sería una solución realista para resolver los problemas económicos endémicos, buscando revitalizar el comercio y la inversión, así como estimular el espíritu empresarial, en un momento en el que Europa busca nuevas fuentes de crecimiento y la región necesita una transformación económica.
Es imperativo consolidar la economía regional y fortalecer su inclusión en la economía mundial para facilitar la transformación de la región. Las futuras relaciones entre las dos orillas se basan, en un grado nada despreciable, en la capacidad de las empresas del sector privado para incrementar los flujos de inversión, de bienes producidos y comercializados, desarrollar infraestructuras, especialmente la digital, es una forma de estimular indirectamente el espíritu empresarial facilitando el proceso de creación de las PYME, además de mejorar los modelos de gobernanza luchando contra la corrupción con mayor transparencia y rastreabilidad. Las empresas internacionales tienen que considerar la región no como un mercado de consumo o una fuente de materias primas, sino también como un región que crea valor.
La situación geográfica del Mediterráneo permite acortar los circuitos logísticos con la UE comparado con China, y reducir la huella de carbono. El coste de la mano de obra, aunque más alto que en Asia, sigue siendo muy ventajoso, sin olvidar el potencial de innovación científica y tecnológica que ha revelado la COVID-19. Estos aspectos, sin duda, reforzarían el desarrollo de la cadena de valor regional Europa-Mediterráneo estableciendo un nuevo eje de integración. Reitero que ha llegado el momento de diseñar una política industrial europea con una dimensión geográfica que se expanda hacia el Mediterráneo y África.
¿En qué proyectos se encuentra inmersa ASCAME actualmente y cuáles son sus objetivos para los próximos meses?
ASCAME ha sido pionera en el lanzamiento de una estrategia integral que apuesta por combinar la urgencia de una reactivación para evitar la asfixia económica y financiera, con la necesidad de sentar las bases de un nuevo modelo de desarrollo basado en promover las economías digital, verde y la azul, apostar por la sostenibilidad de los sectores de turismo, agrícola, textil, de la automoción y logístico, rescatar las Pymes y fomentar el espíritu empresarial de los jóvenes y mujeres emprendedores, destacando la promoción de la paridad entre hombres y mujeres como punto clave. Este Plan de Recuperación y de nuevo Desarrollo Económico de ASCAME ha contado con el apoyo de instituciones comunitarias y multilaterales, así como algunos de gobiernos de la región como el español y de la mayoría de los sectores empresariales y nuestro objetivo, en los próximos meses, es implementar iniciativas y proyectos en este sentido.
¿Cómo prevé que avanzará la economía en los próximos meses?
Lo que más se necesita hoy es una visión viable y la adopción de un enfoque global para la recuperación, que a su vez redefina y reimagine la economía. Las soluciones de ayer no resolverán los problemas de hoy. Es fundamental ir más allá de la crisis y continuar apoyando el cambio sistémico para mejorar la resistencia a futuras crisis y su impacto socio-económico positivo. El camino hacia la recuperación pasará por la evolución de la demanda, la reconstrucción de la confianza, la salud e higiene, la innovación y digitalización, y la sostenibilidad.
Habrá cambios significativos en la economía en la era post COVID-19. Algunos serán estructurales y permanentes y otros serán temporales, porque una vez que la amenaza para la salud disminuya, no se podrán obviar las consecuencias que la pandemia de la COVID-19 ha revelado las grietas en nuestras sociedades, haciendo que afloren problemas políticos, económicos y sociales comunes en todo el mundo.