Antes de que estén siquiera aprobados, los Presupuestos Generales del Estado arrojan dudas por partir desde una casilla de salida imprecisa. Dicho de otra forma, se elaboraron teniendo en cuenta una evolución concreta de la economía española que podría no cumplirse a tenor de los últimos datos conocidos y de los numerosos riesgos existentes. Los […]
NacionalDirigentes Digital
| 26 oct 2021
Antes de que estén siquiera aprobados, los Presupuestos Generales del Estado arrojan dudas por partir desde una casilla de salida imprecisa. Dicho de otra forma, se elaboraron teniendo en cuenta una evolución concreta de la economía española que podría no cumplirse a tenor de los últimos datos conocidos y de los numerosos riesgos existentes.
Los máximos dirigentes del Banco de España y la AIReF analizaron este martes en el Congreso de los Diputados la hoja de ruta presupuestaria con advertencias similares: una revisión a la baja de la previsión de crecimiento. Cristina Herrero (AIReF) detalló que el PIB no crecerá un 6,5% este año, sino un 5%, mientras que el año que viene la variación no será del 7%, sino del 6,3%.
Por su parte, Pablo Hernández de Cos (Banco de España) eludió dar las cifras que maneja el organismo supervisor, pero habla de una “revisión significativa a la baja” y cree que se encontrará sobre el 5,6% para este año, mientras que el que viene se situará por encima del 6%.
Hay que aclarar que tanto Hernández de Cos como Herrero achacan este cambio de perspectivas a la revisión del INE de su estimación del segundo trimestre y, a la vez, llaman la atención sobre los riesgos que hace unos meses eran lejanos y ahora ya se materializan. Por un lado, la escalada del precio de los insumos energéticos y, por otro, las fricciones en las cadenas de suministro globales que, en ambos casos, afectarán a la aceleración de la economía española.
Además, se llama la atención sobre la situación epidemiológica. Existe el peligro de que la pandemia se descontrole en otros países y ello afecte a la economía, así como de que la vacunación deje de tener el efecto deseado conforme vayan pasando los meses.
No obstante, la AIReF considera que las previsiones del Gobierno son “factibles”, si bien los riesgos a la baja son más ahora menos inciertos y más claros. En ese sentido, la institución señala que el déficit y la deuda se moverán en línea similar a lo que proyecta el Gobierno.
Lo que preocupa a Herrero es que se mantengan niveles altos de déficit estructural. El saldo de gastos e ingresos se reducirá en los próximos tiempos como consecuencia de la retirada de medidas de amortiguación de la pandemia y por la mejora de la situación económica y del empleo. Sin embargo, los gastos que se incluyen en los Presupuestos crecen a un ritmo más rápido de lo que lo hacen los ingresos, de modo que puede cronificarse un alto nivel de déficit estructural.
Con respecto a ese ámbito, el gobernador del Banco de España reitera que el año que viene seguirán siendo necesarios diversos estímulos, pero más enfocados a empresas y colectivos afectados por la crisis. Por su parte, de Cos insiste en “que las medidas sean temporales para no aumentar adicionalmente el déficit estructural”, como dice Herrero.
En su caso, la AIReF recomienda que la retirada de medidas contra la pandemia no signifique utilizar ese margen para incrementar el gasto en otras partidas, en particular cuando dicho gasto no cuente con una fuente de financiación permanente. El Banco de España añade que hay que mejorar la transparencia y certidumbre del sistema público de pensiones.