Los promotores buscan con ahínco espacios donde construir vivienda nueva. Los alrededores de Madrid se urbanizan y ven emerger nuevas calles e infraestructuras, así como edificios de pisos. Mientras, un espacio no tan lejano del centro contempla con aburrimiento cómo su destino se truncó y todos los espacios cercanos se desarrollan. Al este del Wanda […]
NacionalDirigentes Digital
| 09 sep 2021
Los promotores buscan con ahínco espacios donde construir vivienda nueva. Los alrededores de Madrid se urbanizan y ven emerger nuevas calles e infraestructuras, así como edificios de pisos. Mientras, un espacio no tan lejano del centro contempla con aburrimiento cómo su destino se truncó y todos los espacios cercanos se desarrollan.
Al este del Wanda Metropolitano, flanqueado por la M-40 al oeste, la M-21 al norte, las afueras de Coslada al este y Vicálvaro al sur, permanecen casi seis millones de metros cuadrados que aspiraban a albergar una Villa Olímpica. Muchos años después de esa decepción, ese enorme terreno mira al futuro para convertirse en un ejemplo del urbanismo del siglo XXI.
“¿Qué es lo que necesita Madrid?”, se pregunta Alfredo Zulueta, como presidente de la comisión gestora que pretende administrar la urbanización de esos terrenos. La respuesta del propio Zulueta y del Ayuntamiento coincide: un espacio apto para la innovación, para startups y para la investigación. Por eso, la intención del responsable del proyecto es crear un barrio que combine diferentes usos, como es el residencial, el de la industria innovadora y el uso mixto.
Según cuenta a DIRIGENTES, cuando Zulueta planteó su idea de la Nueva Centralidad del Este (NCE) al Ayuntamiento, desde el consistorio identificaron el siguiente problema: “Hay mucha demanda de espacios de empresas innovadoras y no tenemos sitio dónde colocarlos”. Para dar cabida a ese tipo de empresas se necesitan unas superficies especiales, con un tamaño y unas características concretas que permitan el desarrollo de las empresas innovadoras.
Asimismo, cabe señalar que Madrid no dispone de un Parque Tecnológico, por lo que un proyecto de este tipo puede revertir en emprendimiento y atracción de talento, que es lo que pretende conseguir el Ayuntamiento. Por otro lado, dado que la creación de este barrio se encuentra en su origen, se esboza introducir la innovación en su propio diseño, como pueden ser los propios medidores de CO2, la instalación de sensores y, en definitiva, la propuesta de hacer de este barrio una smart city.
Sin embargo, Zulueta trata de evitar la idea de que esta zona será solo un centro de innovación e investigación. La idea real es “que se parezca más al barrio Salamanca que a Valdebebas”. Eso consiste en que en una misma zona haya espacio para todos los usos, como “un barrio a la antigua”, de forma que se concentren viviendas, que pueden alcanzar las 20.000, comercios y todo tipo de negocios. El modelo se opone a otros modelos conocidos, en vistas de que “no está funcionando el terreno terciario separado del resto”, dice Zulueta. Así, las necesidades de los habitantes del barrio pueden resolverse en 15 minutos.
A diferencia de otros proyectos urbanísticos, la Nueva Centralidad del Este no pretende introducir una multitud de parques y avenidas. Su vocación de “barrio a la antigua” se traduce en que las zonas verdes estarán concentradas como un bosque, que formará parte del proyecto de “Bosque Metropolitano” que ha ideado el Consistorio madrileño alrededor de la capital.
En cifras, algo más de un tercio del espacio se utilizará para crear zonas verdes. De la parte restante, el 70% se destinará a construir viviendas, mientras que el 30% servirá para dar vida a actividades económicas. Según explica Zulueta, una gran parte de esas viviendas serán de carácter público, lo que puede ayudar a resolver la tensión que existe en el mercado sin que ello implique un aumento de los precios.
El propio Ayuntamiento, así como la Comunidad de Madrid, son de los más interesados en que el plan salga adelante. En su momento, ambas administraciones adquirieron parte de los terrenos para construir la Villa Olímpica, que ahora están en desuso. Además, resulta necesario para vertebrar todos los nuevos barrios construidos al sureste de la capital. “Es el barrio vertebrador del resto”, resume el presidente de la comisión gestora.
Hay que tener en cuenta que se trata de una zona que ya cuenta con infraestructuras en sus cercanías. Dos líneas de metro pasan por debajo, por lo que solo se necesitaría abrir dos paradas, como se tiene proyectado. Por otro lado, suma los accesos por M-40, la M-21 y R-3. “Tenemos el metro hecho, las infraestructuras están hechas, necesitaríamos hacer la estación”, indica.
Para Zulueta, la probabilidad de que el plan se lleve a cabo es “del 100%”. También es optimista con respecto a la configuración de NCE, en tanto que espera que se parezca bastante a este proyecto inicial: “Puede cambiar el diseño de las calles pero la idea no creo que varíe mucho”.
El argumento principal es que existen zonas similares en varias ciudades del mundo como Singapur, Miami, Berlín y Ginebra que han sido un éxito. “Atraen el talento y se retroalimentan”, señala. Una de las ventajas en este caso es que se trata de un terreno virgen, por lo que las tecnologías propias de las smart cities “tienen cabida y es más fácil incorporarlas”.
Preguntado por las dificultades para que este barrio vea la luz y se coloque el primer ladrillo, Zulueta responde: “El escollo es el urbanismo en España”. Se queja de que se necesitan muchas aprobaciones y gestiones que pueden prolongarse, calcula, entre seis y ocho años. “Podemos estar más de seis años entre papeles antes de hacer cualquier cosa”, se lamenta, “yendo muy rápido, mínimo seis años”.
De ese modo, la Administración supondría el primer obstáculo a superar. De hecho, los contactos preliminares con el Ayuntamiento ya duran cerca de un año. El segundo sería encontrar inversores, para lo que ya se está trabajando. Tras ellos, dada la naturaleza del proyecto, también habrán de buscarse Universidades, laboratorios y centros de investigación.
Por el momento, Zulueta tiene la seguridad de que el proyecto saldrá porque “es un vacío en el centro de Madrid que hay que llenar”. A partir de ahí, la elaboración del plan ha incluido los pasos que ha pedido el Ayuntamiento, como son la incorporación del Bosque Metropolitano y ser un espacio para la innovación, lo que demuestra la importancia de la colaboración público-privada en el plano urbanístico. “Luego hay que dibujar y se irá definiendo o que de primeras es una idea muy atractiva”, recapitula Zulueta.
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