La huelga general convocada en Cataluña lleva el asunto del separatismo a otro nivel mediático y también a un coste económico a largo plazo que es difícil de evaluar. “Cifras exactas de inversiones que no se han hecho en la Comunidad a causa de esto son difíciles de tener, porque casi nadie de los inversores […]
NacionalDirigentes Digital
| 18 oct 2019
La huelga general convocada en Cataluña lleva el asunto del separatismo a otro nivel mediático y también a un coste económico a largo plazo que es difícil de evaluar. “Cifras exactas de inversiones que no se han hecho en la Comunidad a causa de esto son difíciles de tener, porque casi nadie de los inversores hace sus decisiones públicas, pero ya el hecho de que Madrid con diferencia es el destino número uno en España de los inversores habla por sí mismo”, dice Carlos Rivadulla, presidente de “Empresaris de Catalunya”, una organización que agrupa a más de 200 empresarios y ejecutivos catalanes. Sin embargo, los economistas consultados no esperan otra huida de empresas catalanas de la comunidad como se produjo en 2017. A pesar de todo el ruido mediático y los anuncios de los hoteleros que dicen que tienen un 30% menos reservas que hace un año, cruceros que no embarcan en Barcelona en estos días y el partido de fútbol entre FC Barcelona y Real Madrid que aún no se sabe dónde y cuándo se disputará, el servicio de estudios económicos de Mapfre cree que el impacto para la economía nacional en general será menos que en 2017, “porque los riesgos están ya asumidos y cubiertos”, dice el director general Gonzalo De Cadenas Santiago.
Rivadulla cree que un impacto negativo a largo plazo para la Comunidad es casi irreversible. Él es uno de los pocos empresarios que tiene el valor de hablar abiertamente sobre lo sucedido en los últimos años: “Creo que lo que vemos esta semana es el resultado de una política que se ha iniciado ya con Jordi Pujol con el programa ‘Cataluña 2000’ que se ha preparado en los años 90 y que tenía como objetivo de inculcar el sentimiento nacionalista en la sociedad catalana”. Según documentos publicados en la prensa, Convergencia quería conseguir puestos claves en los medios de comunicación y en el sistema financiero y educativo para infiltrar la idea de los “Países Catalanes”.
A pesar de que en Alemania se siente cierta simpatía por las exigencias de los separatistas ingleses, en los círculos diplomáticos no se entiende que siguán pensando que podrían conseguir una independencia sin tener que salir de la UE. “En este escenario el coste económico de una independencia de España, considerando también las deudas que tiene la comunidad, no es viable económicamente”, se argumenta en estos círculos.
Cataluña es la comunidad autónoma con más deuda – casi unos 60 mil millones de euros según Datosmacro. Las deudas representan el 34,2% del PIB catalán, según el informe de coyuntura económica de la Cambra de Comerç de Barcelona. A muchos catalanes como al ingeniero Miguel Vidal, les molesta sobre todo el desvío de dinero público: “Es con mis impuestos con lo que han organizado todo esto”.
Para Madrid los problemas en Cataluña suponen una ventaja económica desde hace bastante tiempo. El número de proyectos respaldados por inversión extranjera directa creció en España en 2018 un 32%, y Madrid es la región que ha recibido la mayor parte de la tarta y se sitúa como la séptima ciudad europea con mayor atractivo para la inversión extranjera, según un informe de EY.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha reconocido en una entrevista con la cadena Cope que Madrid recibe parte del dinero que no se invierte ahora en Cataluña y criticó en un desayuno de la Tribuna Catalunya que parte del empresariado catalán se había unido al separatismo. Israel Fernández, ingeniero industrial trabajando en una empresa de dispositivos electrónicos en Cataluña cree que el impacto negativo a largo plazo para su comunidad no solamente está vinculado al exterior y inversores internacionales, sino que también hay un problema sentimental dentro de España: “Quién me compra a mí, si puede comprar lo mismo a alguien en Navarra”. Sin embargo, al Ibex 35 le deja todo el conflicto catalán frio. El índice de referencia gana ligeramente en la última semana.