Tras un verano agridulce para la economía española causado por la falta de turistas y el desplome del consumo, el otoño no invita a hablar de recuperación económica o, al menos, aportar más certeza y seguridad al futuro de muchos negocios en los meses venideros. Del informe elaborado por la compañía de software de gestión […]
NacionalDirigentes Digital
| 14 oct 2020
Tras un verano agridulce para la economía española causado por la falta de turistas y el desplome del consumo, el otoño no invita a hablar de recuperación económica o, al menos, aportar más certeza y seguridad al futuro de muchos negocios en los meses venideros. Del informe elaborado por la compañía de software de gestión empresarial Sage, se desprende que el 68% de las pequeñas y medianas empresas en España no recuperará la facturación previa a la crisis sanitaria hasta el segundo semestre del 2021, mientras que un 29% de las pymes pondrá fin a este ejercicio con menos empleados que con los que comenzó este año.
En mayor o menor medida, casi la totalidad de las empresas ha sido golpeada por la pandemia y el camino hacia la recuperación puede ser más largo en algunos casos que en otros. De hecho, el barómetro de Mastercard apunta a que casi el 70% de los negocios reconoce que tendrá dificultades para hacer frente a gastos como los pagos de deudas financieras, proveedores, nóminas de trabajadores o el alquiler del local.
En los meses más crudos de la pandemia, muchas empresas tuvieron que buscar alternativas para obtener ingresos: explorar nuevas líneas de negocio, recurrir a la venta online para impulsar su actividad, realizar cambios en su producción, apoyarse en financiación pública o apostar por la internacionalización de su negocio. Ahora, en esta nueva estación del año, tratan de ser optimistas pese al entorno turbulento que enfrentan y a las restricciones que, progresivamente, se vuelven a imponer.
Es por ello que siguen en la misma senda contemplando todos los canales a su alcance para seguir activas, al tiempo que continúan reclamando al Gobierno que reduzca su presión fiscal y que introduzca ayudas y subvenciones que les permitan recuperarse. Sin embargo, la sombra del cierre definitivo pesa sobre muchas de ellas.
Cada sector tiene sus particularidades y cada uno de ellos ve desde una óptica diferente los próximos meses. Es por ello que DIRIGENTES ha hablado con los responsables de dos empresas dedicadas a actividades distintas para conocer cómo se enfrentarán a este contexto común.
Chabier Sanvicente es el CEO de Linke, compañía española especializada en servicios de consultoría en la nube de AWS. Indica que el hecho de operar en un segmento de mercado, como es el cloud,” decisivo para que las empresas pudiesen adaptarse al escenario actual”, les ha permitido incrementar alrededor de un 30% sus ingresos en los nueve primeros meses del año. Aunque se muestra cauteloso ante la evolución de la pandemia y su consiguiente impacto en la economía, confía en que en el último trimestre sea positivo porque se van a reactivar proyectos que considera “estratégicos”.
Sin embargo, indica que, para volver a los niveles de crecimiento anteriores a la crisis sanitaria, evitar nuevos confinamientos será la clave. “Si lo logramos, y confío en que así sea, estamos ante una oportunidad única de consolidar la transformación digital como palanca económica y de impulso de la reconstrucción”, expresa. Y el sector tecnológico tendrá una oportunidad para contribuir a que esto suceda. Sin embargo, es consciente de que disminuirá la inversión en algunos segmentos del mercado de TI, pero otras infraestructuras como la nube o la conectividad, aumentarán su demanda y es en ello en lo que continuarán enfocando sus esfuerzos próximamente.
En el lado opuesto encontramos un pequeño empresario. Javier Ferrer es el propietario de una floristería, llamada Maua, ubicada en la localidad toledana de Illescas. Para él, la palabra que mejor define el presente y el futuro es incertidumbre. Cuenta que el 80% de las bodas y los eventos, que representan una parte muy importante de su negocio, se han pospuesto para 2021, por lo que ha sido un aspecto que ha repercutido negativamente en sus ingresos.
Durante el confinamiento, la venta online se convirtió en su salvavidas y en la actualidad se mantienen estables equilibrando la tienda física e Internet, sin tener en cuenta los ingresos que han perdido con todas las celebraciones que se han quedado en el aire. De cara al otoño, insiste de nuevo en que hay mucha inseguridad. “Considero que la crisis real todavía no se está notando, creo que está por llegar”, asevera, aludiendo a que todavía hay gente en ERTE y que sigue trabajando. “Estamos con la incertidumbre de saber si finalmente en 2021 se van a poder hacer las bodas pospuestas o no, de cómo se va a dar el otoño y qué va a pasar con los despidos”.
En cuanto a la posibilidad de un nuevo confinamiento, no se muestra convencido de que pueda ocurrir, pero de lo que sí está totalmente seguro es de que si sucede “estaremos mucho más pendientes del online y de las redes sociales para potenciarlas aún más”. En definitiva, considera que los pequeños comercios están en la misma incertidumbre y “viven el día a día”, ya que todo puede cambiar de un momento a otro.