La situación de la movilidad en España empuja a las grandes compañías a innovar para no quedarse atrás. Se encuentran ante dos desafíos: un parque móvil anticuado y las demandas crecientes de la sociedad por nuevas alternativas. No obstante, como expresan diferentes expertos de la movilidad de empresas energéticas, el ecosistema español está preparado para […]
NacionalDirigentes Digital
| 20 nov 2019
La situación de la movilidad en España empuja a las grandes compañías a innovar para no quedarse atrás. Se encuentran ante dos desafíos: un parque móvil anticuado y las demandas crecientes de la sociedad por nuevas alternativas.
No obstante, como expresan diferentes expertos de la movilidad de empresas energéticas, el ecosistema español está preparado para adaptarse a los cambios que ya se han producido y a los que están por venir.
En ese sentido, el II Foro Corell sobre Movilidad ha aportado luz sobre la perspectiva de las empresas acerca del asunto. “Repsol no se va a quedar fuera de la movilidad eléctrica”, ha expresado el director de Relaciones Institucionales de Repsol, Ángel Bautista.
La frase es especialmente significativa si se tiene en cuenta que Repsol ha sido, al menos hasta hace poco, una compañía dedicada a los combustibles fósiles, en particular el petróleo. En todo caso, Bautista aprecia que su compañía debería hacer un mayor esfuerzo para comunicar su apuesta, dado que, según los datos de este año, ya ha instalado 1.700 puntos de recarga eléctrica a lo largo de la geografía española, 200 de ellos públicos.
En esa línea, también hay que considerar que no solo se trata de un problema de emisiones o del tipo de combustible que usan los vehículos. Bautista ha incidido en que el parque móvil español es el segundo más anticuado de Europa (12,4 años de media), solo por detrás de Grecia y con uno de cada cinco coches superando los 20 años de vida.
Esa reflexión lleva a modernizar los vehículos, dado que los más modernos contaminan menos, y también a crear una industria propia para no depender del exterior. En ese sentido, Bautista cuestiona si merece la pena cambiarse a los vehículos eléctricos si estos se producen en China emitiendo contaminación.
Siguiendo con esa consideración, existen alternativas al petróleo y a la electricidad que pueden servir de puente en la transición. Fernando Impuesto, director general de Enagás Emprende, defiende que el gas puede representar esa alternativa, dado que el coste por kilómetro es un 30% más bajo que la de los vehículos diésel y un 50% inferior al de los de gasolina. Además, la emisión de gases y partículas también se reduce, como ocurre con las partículas sólidas y al óxido de azufre, que desaparecen de la ecuación, mientras que el nitrógeno se reduce un 90%. Por ello, a día de hoy Enagás ha puesto en marcha en nuestro país 155 gasineras.
La visión de Carlos Bergera, director de Relaciones Institucionales de Iberdrola Smart Mobility, es que “la transición no es una opción”. En el caso de Iberdrola, la apuesta por la movilidad sostenible es ambiciosa. Aspira a poner en funcionamiento 25.000 puntos de recarga eléctrica para finales de 2021, el 65% de ellos en los hogares. No obstante, a día de hoy se contabilizan un total de 720 puntos de recarga, de los que 430 permiten realizar una carga rápida.