Cuando los jefes de las aerolíneas europeas se reunieron en persona por última vez a principios de marzo de este año en Bruselas, todos estaban de acuerdo: “No queremos ni necesitamos ayuda gubernamental”, dijo Willie Walsh, CEO de la compañía matriz de British Airways, IAG. Recibió muchos aplausos de sus homólogos Carsten Spohr (Lufthansa), Ben […]
NacionalDirigentes Digital
| 23 jun 2020
Cuando los jefes de las aerolíneas europeas se reunieron en persona por última vez a principios de marzo de este año en Bruselas, todos estaban de acuerdo: “No queremos ni necesitamos ayuda gubernamental”, dijo Willie Walsh, CEO de la compañía matriz de British Airways, IAG. Recibió muchos aplausos de sus homólogos Carsten Spohr (Lufthansa), Ben Smith (Air France-KLM) y Johan Lundgren (Easyjet). Solo el jefe de Ryanair, Michael O’Leary, no estuvo seguro. Al final todos han solicitado créditos avalados o ayudas de este estilo, salvo el último. Son sobre todo las líneas áreas alemanas las que recurren a la ayuda del estado para poder financiar un problema que ya estaba desde hace tiempo ahí, entre ellos la insolvente Condor que recibe más prestamos públicos a pesar de que en el fondo sobran sus servicios. Mientras tanto Ryanair sigue contra la corriente del mercado con precios muy bajos y ya a todo gas. Adoptando medidas como la eliminación de las tasas de cambio de vuelo, la empresa espera arrancar con un impulso lo suficientemente grande para que este julio y agosto sus cifras vuelvan al alza.
En Alemania, sin embargo, las perspectivas en el sector aéreo no son nada buenas. El jefe de TUI Fritz Joussen dice en una entrevista en Frankfurter Allgemeine Zeitung que ya antes del coronavirus había claramente sobrecapacidades en el sector que ahora duelen todavía más, porque la reducción de los aviones cuesta mucho dinero y nadie lo tiene. Estos gastos de reducción de infraestructura más dos meses perdidos en facturación llevan a muchas empresas como la propia TUI al límite de la liquidez. El futuro de Lufthansa, la mayor línea área en Europa, se decide este jueves cuando los accionistas tienen que votar sobre el polémico plan de rescate del Gobierno alemán. Por el momento parece que no hay mayoría para ello, porque uno de los grandes accionistas ha dicho que no le gusta que el Estado entre como un accionista tan importante en la compañía, por el momento se habla de una participación de un 20%.
Mientras tanto se espera una masiva pérdida de puestos de trabajo en la industria a largo plazo y no solamente a causa de la pandemia. Sin embargo, la empresa irlandesa Ryanair que tiene conflictos constantes con sus trabajadores no solamente intenta sobrevivir sin rescates y si no también sin grandes recortes de personal. “Hay un exceso de capacidad masivo en Alemania. AirBerlin todavía está allí, los aviones solo están volando para varias otras compañías que también están en perdidas”, dice Joussen en la entrevista en Frankfurter Allgemeine Zeitung. La pregunta crucial es cómo se puede explicar entonces que Ryanair con márgenes mucho más pequeños haya logrado también recuperar la confianza en el mercado de bonos, mientras que los bonos de Lufthansa se clasifican ya como basura a pesar de la perspectiva de un paquete de rescate de 9 mil millones euros. Al final tiene que ver con la liquidez y las cifras. Mientras que la reserva de efectivo de Ryanair representa alrededor del 50 por ciento de las ventas anuales, unos 3.700 millones de euros, Lufthansa, a pesar de ser significativamente más grande tiene 5.200 millones de euros, lo que en relación con las ventas es inferior al 20 por ciento.