Las grandes inmobiliarias de las Baleares, Engel & Völkers y con un poco más de diferencia Porta Mallorquina, cierran 2018 con sentimientos encontrados. “Nuestras ventas han disminuido bastante en 2018”, reconoce el fundador de Porta Mallorquina, Joachim Semrau. La matriz Homes & Holiday cotiza en bolsa desde 2017 y sufre los actuales resultados de la […]
NacionalDirigentes Digital
| 25 feb 2019
Las grandes inmobiliarias de las Baleares, Engel & Völkers y con un poco más de diferencia Porta Mallorquina, cierran 2018 con sentimientos encontrados. “Nuestras ventas han disminuido bastante en 2018”, reconoce el fundador de Porta Mallorquina, Joachim Semrau. La matriz Homes & Holiday cotiza en bolsa desde 2017 y sufre los actuales resultados de la compañía con sede en Palma. La empresa ha tomado medidas para frenar esta evolución, ha cambiado su estructura de ventas y quiere reducir costes a largo plazo.
UN MERCADO UN POCO SATURADO
Aunque las Baleares siguen siendo un destino turístico internacional de primer nivel, parece que los precios de las parcelas, casas y pisos han subido ya tanto en los últimos años que muchos compradores reflexionan más que antes a la hora de invertir. “Nos encontramos con compradores mucho más conocedores del mercado que necesitan meses para decidirse”, dice Thorsten Kaiser, responsable de ventas de Porta Mallorquina en las Baleares. El 35% de los compradores de viviendas o casas en Mallorca son extranjeros, pero el resto siguen siendo españoles, aunque a veces parece que la isla está en manos de los alemanes.
El cambio más grande lo vive Palma donde han decrecido por primera vez los precios, según el portal de vivienda Idealista. En los últimos dos años, la capital ha vivido un incremento del 41,4% a casi 3.000 euros el m2. Parece que el mercado necesita un respiro. En enero de 2019, la ciudad vive por primera vez una pequeña reducción del precio, comparado con el mismo mes de 2018. Esta evolución tiene que ver también con la nueva política del gobierno balear y mallorquín de restringir la oferta de la vivienda de alquiler y también controlar mejor el flujo de turistas, sobre todo en Palma y alrededores. Aquí, por el fuerte aumento de precios y alquileres, muchos habitantes de la isla ya no se pueden permitir vivir cerca de su trabajo y tienen que vivir muy lejos, lo que repercute en un problema de tráfico enorme.
La isla sufre una alta tasa de accidentes y atascos. Todavía no hay mucho transporte público en Mallorca, a pesar de los millones que dejan con sus impuestos los turistas y las empresas. Muchas de las carreteras del interior, donde viven sobre todo mallorquines que no buscan tanto la vista al mar, no son aptas para tantos coches. Además del trafico laboral, se suma el vacacional de los 14 millones de turistas que vienen cada año a Mallorca.
DEMASIADAS INMOBILIARIAS EN LA ISLA
Como siempre pasa en España: cuando se levanta el mercado inmobiliario, lo primero que se abre son nuevas oficinas de venta, aunque muchos están todavía con el cierre de la crisis anterior. Así pasó también en Mallorca después del año récord de 2017. Según estimaciones del sector, son más de 300 inmobiliarias las que operan en la isla. “La tarta mallorquina está distribuida, la oferta de casas con licencias turísticas todavía más. No hay sitio para tantas oficinas de ventas de casas que se han abierto en los últimos años”, dice el abogado Tim Wirth que tiene su despacho en Palma y está especializado en temas inmobiliarios. Según un estudio de Porta Mallorquina, en 2018 se han vendido en la isla alrededor de 13.900 objetos, el año anterior eran unos 14.100.
Lo que más se vende son casas y pisos. La mansión lujosa sigue siendo un producto de nicho. Y los que más casas y pisos vendieron en 2018 eran los españoles junto con los alemanes, austriacos y suizos. El precio medio de las casas buscadas está en unos 600.000 euros, según el informe de Porta Mallorquina, especialistas en vivienda vacacional. La inmobiliaria es optimista al pensar que en los años venideros se va a experimentar más aumento en el precio, aunque mientras tanto buscan otros mercados para crecer, como Tenerife: “Hemos aprendido de nuestros errores y vamos a cambiar algunas cosas para vender más y así dar confianza a nuestras accionistas”, dice Semrau, un veterano del mundo online y de empresas de internet.